CRISPA - 01/09/08
La evaluación del docente, ya sea universitario o de cualquier nivel, debe ser evaluada constantemente. Y no sólo en su preparación o en el o los materiales que utiliza, y obliga a utilizar a sus alumnos.
La evaluación del docente debería implicar sobre todo el ‘rendimiento académico de sus alumnos’.
Recuerdo que allá por los años ’70, la dictadura stronista había ‘implementado’ un sistema de evaluación de los ‘colegios privados’, por docentes de los colegios públicos… cabe acotar, que los docentes de los colegios públicos como el CNN o el CNC, contaban con los más prestigiosos docentes de entonces, eran los que ‘hacían’ los libros de texto a ser utilizados en todo el país… Y hay que entender, que esos docentes eran los pocos que quedaban con formación ‘independiente’ al régimen, que ya llevaba más de 20 años… Y, además, era a los únicos que se permitía enseñar… supongo, que porque, en cierta medida, fueron ‘leales’ al régimen… pero también, porque era materialmente imposible ‘deshacerse’ de tanta gente ‘importante’. Quedaron profesores como Ramiro Domínguez, Luís Lezcano, Lara Castro y su esposa, etc. ¡que fueron realmente buenos docentes!
¡No es que pretenda volver a prácticas dictatoriales!... pero, si bien el objetivo del gobierno era ‘controlar’ los centros educativos privados, también se tenía oportunidad de ‘mantener un estándar en la educación del país’…
Luego de ‘eso’, pues ya se dio el jolgorio del profesorado: cualquiera podía ser profesor o maestra… y los peores profesores tenían los mejores sueldos, en los colegios privados por supuesto!!... y los buenísimos profesores de los colegios nacionales se fueron yendo a los privados y/o muriendo… y fueron reemplazados por los profesores formados ‘en la dictadura’…
¡o sea, llevamos 40 años, como mínimo, de profesores mal formados, o formados con intención de ‘deformar’ a sus alumnos!... la ‘deforma educativa’ fue ya muy posterior…
No quiero decir con eso, que todos los alumnos que egresaron luego de la década de los ’80 sean malos… pero…
Pero volvamos a los ’70, el método que se implementó en esa época, era que los profesores de los colegios nacionales iban a tomar examen final, a los alumnos del los colegios privados. De esa forma, digamos que obligaban a los profesores a dar todo el contenido y de asegurarse que sus alumnos APRENDIERAN, y para ello, debían aplicar las mejores prácticas docentes (todo eso de la pedagogía… ¡¿vieron?!)… Sólo eran ‘intervenidos’ en los exámenes finales, los colegios que tenían antecedentes de ‘contreras’, pero, realmente, yo veía, que mis amigas de los colegios privados se veían en figurillas para seguir el ritmo al que estábamos acostumbrados en los colegios públicos… y sus calificaciones finales estaban muy lejos de las obtenidas durante el periodo lectivo, y/o de las que se obtenían en los colegios públicos o nacionales. Todo esto ocurrió por un tiempo, y finalmente, después que muchos ‘profesores particulares’ hicieran una ponchada de dinero, se decidió que los colegios privados contrataran a los mejores docentes y ‘obligaran’ a sus alumnos a tener mejores resultados académicos y también mejores resultados de exámenes…
Hoy en día, cuando hace bastante tiempo que estoy alejada de las aulas, aunque me he permitido auscultar la situación a través de la experiencia de mis hijos, bueno, creo que la cosa está trastrocada, por lo menos a nivel de colegios o de enseñanza media o secundaria: los privados son mejores (lo que no quiere decir ‘buenos’) y los públicos más que peores.
Las universidades privadas son un desastre, tienen profesores que no tienen, para empezar, la vocación docente (pues son simples desocupados de sus respectivas profesiones, más que nada)… recuérdese que llevamos 20 años de desocupación o desempleo sostenido en el Paraguay y el mundo.
Entonces, ¿cómo una persona, un profesional, que ya es mediocre y no tiene vocación docente, y que es un desocupado; puede ser un buen docente, en todo el sentido de la palabra?
También está el asunto de los docentes universitarios que son ‘empleados públicos’, los que los hace docentes de ‘un solo color’ ¿verdad?
Soy una convencida que la mejor forma de medir el rendimiento del docente radica en sus alumnos. ¡Sí!... Deberían ser los alumnos universitarios los que se encarguen de controlar que sus profesores desarrollen todo el programa, que utilicen varios materiales de consulta, que no les vendan el buzón del título y que no ‘regalen’ calificaciones por el pago o no del título (o cuota) o del ‘cursillo particular’, o de cualquier otra ‘transacción’ que se use actualmente para obtener las calificaciones (notas) para obtener un título.
Que los estudiantes, controlen y denuncien a sus malos profesores… pero antes, deben ORGANIZARSE!!!
¡¿oîma?!
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