Por El Aguijón
¡Por fín se calmaron las aguas despues de la gran tempestad que azotó a toda la FAFI!
Las heridas por lo general son consecuencias de algun desatino,descuido o exceso de confianza que muchas veces tenemos de nosotros mismos.No debemos olvidar que no estamos solos caminando por el mismo camino, ni creernos dueños únicos de las huellas que se ven dibujadas en la tierra por donde andamos.
Tampoco impongamos a los otros pisar las mismas huellas que nosotros dibujamos con nuestro andar; tampoco querramos borrar las huellas producidas por los otros que transitan juntos a nosotros con pisoteos, porque podemos levantar polvareda que nos dificulten la respiración. Respetemos las huellas de los otros y ellos respetarán las nuestras. Marquemos huellas amplias, bien dibujadas, transparentes en nuestro trajinar por la vida, de tal forma que los que nos siguan puedan guiarse por ellas, si así lo desean.
Querer marcar huellas engañosas y sobre todo valiéndose de los otros, es una actitud muy degradante y es más, porque tarde o temprano será descubierto o descubierta por el tamaño de sus marcas. No pretendamos caminar con piernas y pies prestados en alquiler por los otros, porque no durará mucho. Esta ilustración es de alguna manera la experiencia vivida por aquellos que quisieron entrar por la puerta trasera en la FAFI, embaucados por un falso profeta, quien apoyado en una resolución amañosa, atropelló nuestra casa, desconociendo las más mínimas reglas de repeto, cordura, y sentido común.
Los días de resistencia demostrada por algunos profesores, alumnos y administrativos es una clara señal que hay que desistir de una vez por toda del autoritarismo que hasta ahora esgrimen algunas autoridades de cualquier institución del país. Algunas autoridades parecen olvidar que ellos no son la institución, sino apenas un articulador de un complejo sistema de engranajes, llamado institución, que necesitan ser armonizados para cumplir con el cometido para el cual fue constituido.
Mas que nunca necesitamos recuperar la institucionalidad, frente al personalismo vigente en nuestro país, desde hace largas décadas. La vigencia del personalismo llevó a nuestro querido Paraguay al estado en que se encuentra, aniquilado por la ignorancia, la pobreza, la falta de salud, de oportunidades de todo tipo que pueda llevar al ciudadano a una condición de vida más digna. Ha comenzado el cambio y de ese cambio somos responsables todos y cada uno, sin distinción de condiciones de ninguna laya. El cambio traerá consigo, sin lugar a dudas profundas heridas, diría más bien desvelará graves heridas, ya existentes y producidas por otros desalmados que hicieron primar sus interéses personales ante el de la mayoría, como les exigen la ley y sus funciones. No escondamos ni temamos a estas heridas, quitémos las las bendas y tratemos de tal forma que cicatricen. Las heridas sanarán pero las cicatrices perdurarán como una memoria viva de nuestros desaciertos, pero de oportunas y valientes acciones a la vez de nuestra firme voluntad de superación.
¡¡¡ HASTA PRONTO ESTIMADOS LECTORES !!!
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