CRÍTICAS PARA PENSAR

Por: Pedro Espinoza

El 18 de noviembre del año pasado, ante el conflicto instalado en la FAFI, en la histórica Asamblea Estudiantil, se ha solicitado no solamente la intervención de nuestra Facultad ante el Consejo Superior Universitario, sino también “la activa participación estudiantil en la vida universitaria”. Este pedido es más bien una apelación a la conciencia de los compañeros y compañeras, antes que a las autoridades. Sabido es, que los espacios no se regalan, se conquistan. Esas conquistas implican indefectiblemente; organización, formación y capacidad de ubicación en el exacto espacio y en el momento preciso. Es decir; actuar respaldado de una estructura colectiva, con un claro análisis de coyuntura política.

En Filosofía, las experiencias acumuladas aun son insuficientes en la lucha estudiantil, toda equivocación es tolerable, pero inaceptable sigue siendo la poca o nula participación de masas enteras en las actividades universitarias. Algunos, pareciera ser que están ubicados en un extraño mundo de indiferencia, de descontentos no manifiestos, e incluso de ambiguas actuaciones en filas de los seguidores del otrora todopoderoso ex Decano, destituido por graves hechos de corrupción. En esta fila opera el sobrino, seguido por el irresponsable representante estudiantil Ever Moran, incapaz de elaborar una “minuta” a favor de los estudiantes, pero defiende a capa y espada, o sin ellas, igual, los intereses de su grupo. Además, se toma la increíble aventura de cursar 4 carreras universitarias, todas a la vez e incluso en el mismo horario!, burla y joda incluidas. Ahora, ¿Cómo aguanta o quién le paga las múltiples convalidaciones e infinidad de gastos? y con ¿qué objetivo sigue copando carreras sin asistir casi a ninguna?...

Por otro lado, el movimiento liderado por el mal humorado Vidal Vázquez, guiado por su torpeza, antes que de un equipo analítico y sano juicio, ya esta en la cuneta tras descomunales derrotas, que era de esperar. Defraudando a gran parte del alumnado, principalmente de Psicología, una de las carreras más importantes de la FAFI, que representa casi el 50% de los matriculados.

Esta cerca la carrera de Matemática, también por falta de organización consecuente y dirigente capaz, se han frustrados en cuántos intentos de candidaturas, del también malogrado ex Presidente del anterior Centro de Estudiantes, Armando Acosta Díaz. Más de 200 estudiantes de dicha carrera permanecen sumidos lastimosamente en la apatía y desinformación, con nula participación en la vida universitaria.

Por último, minimamente en la vanguardia organizativa están los de Comunicación, tal vez por esa naturaleza vocacional, y las corrientes distintas de pensamiento y actuación en su seno. Son capaces de cuestionar todo, la pasión de descubrir lo “ocultado”, inconformes ante cualquier respuesta, siempre sobra “algo” que cuestionar, y esa capacidad innata de vincularse con los demás. Ahora bien, es bastante preocupante seguir este ritmo, porque la vanguardia no puede recaer en una sola carrera, somos 7 hermanos en esta Casa, y urge la participación organizativa de todas las carreras de la FAFI.

Además de las mencionadas están los distintos cursos de: Historia, Ciencias de la Educación, Letras, y Filosofía, numéricamente representan pocos, pero siempre son respetados compañeros y compañeras en su preparación. Pero también la integración y participación en las nucleaciones organizativas son necesarias de estas emblemáticas carreras; ya sea en el Consejo de Delegados, Centro de Estudiantes, grupos deportivos, círculos culturales, etc.

Entre las responsabilidades del nuevo Centro de Estudiantes, esta justamente la de trabajar como frente gremial en la formación y lucha por los intereses más urgentes del estamento. Y una de esas necesidades es conseguir, la “unidad en acción”, conciencia por nuestras reivindicaciones como sector estudiantil ligadas a las necesidades del pueblo. No son ajenas a nuestra realidad, el alto índice de desempleo, el hambre, la inseguridad, la extrema pobreza de gran parte de nuestros compatriotas, la situación campesina, la precaria salud pública, la migración, el analfabetismo, etc. Al fin somos hijos e hijas de esta Patria enferma, que debe curar sus heridas de tantos años de azote. Debemos proyectar un sano futuro con desarrollo, en donde justamente los hijos e hijas de la nueva generación, somos responsables y debemos ser partícipes.

Tal vez esas otras enfermedades como; la apatía, la indiferencia, el egoísmo, la permisividad, la falta de preparación intelectual e integral, son los males que también debemos sanar en nuestra Facultad de Filosofía de la UNE. Son necesidades inmediatas, y esta a nuestro alcance superarlas.