(Publicado en www.ultimahora.com)
Publicado por: Sofía Masi | Lunes 09 Noviembre 2009 | 16:11Hs.
Reivindicación de los Pueblos Indígenas
sofia-massi@uhora.com.py
No pude evitar emocionarme al ver a los Ava Guaraní, mujeres, jóvenes y niños danzando en círculo al son de los golpes de takuara contra la tierra roja. El canto agudo de una mujer, los niños en coro y la voz del anciano dirigiendo la danza con una especie de maraca me erizaron la piel.
Lamento mucho que en medio del tumulto de gente (ministros, policías, periodistas, fotógrafos, funcionarios públicos, fiscales, militares) no me haya tomado el tiempo para averiguar el nombre de la danza, su simbología, su historia, su mensaje.
Estaba en Itakyry, a más de 100 kilómetros al norte de Ciudad del Este. Un lugar desconocido por muchos y olvidado por el Estado, antes que los indígenas dijeran que un avión les roció veneno el viernes pasado.
Esa denuncia, que más allá de si sea verdad o sea mentira, fue el gancho para que por fin, alguien los escuche.
En ese lugar, existen 2.638 hectáreas que desde hace mucho tiempo disputan productores de la agricultura mecanizada y cinco comunidades indígenas.
¿Quién invade a quién?
Los productores presentaron una demanda por invasión de inmueble contra los indígenas. Sin embargo, estos nativos que hoy son acusados de invasores de tierra, habitan el suelo americano desde hace más de 500 años.
¿Desde cuándo empezamos a creer en el discurso de que ellos nos invaden? Los indígenas en la ciudad "invaden" nuestras plazas, acampan en nuestras calles, en el campo "invaden" la propiedad privada... ¿Y ellos? ¿Y su tierra? ¿Dónde está su lugar?
Sus bosques han desaparecido. En Itakyry la deforestación es criminal. El atentado al ambiente es real. No se respetan normas ambientales mínimas para los cultivos como barreras vivas de protección y las obligatorias franjas de 100 metros.
¿Cómo sobrevivir en esas condiciones? La situación es lamentable. El respeto a los pueblos indígenas existe sólo en el discurso, porque en realidad son avasallados hace cientos de años, desde aquella vez en que llegaron los hombres del "primer mundo" a conquistar América.
Lo que ocurrió en Itakyry puede ser visto de muchas maneras. Existen quienes hablan de campañas mediáticas de sectores interesados y de indígenas delincuentes. Para mí la única realidad es que existe un pueblo indígena que pide a gritos un espacio donde vivir en paz.
El Estado debe garantizarles ese espacio tal como lo establece la Constitución Nacional en su artículo 63 - DE LA IDENTIDAD ETNICA: "Queda reconocido y garantizado el derecho de los pueblos indígenas a preservar y a desarrollar su identidad étnica en el respectivo hábitat. Tienen derecho, asimismo, a aplicar libremente sus sistemas de organización política, social, económica, cultural y religiosa, al igual que la voluntaria sujeción a sus normas consuetudinarias para la regulación de la convivencia interior siempre que ellas no atenten contra los derechos fundamentales establecidos en esta Constitución. En los conflictos jurisdiccionales se tendrá en cuenta el derecho consuetudinario indígena".
Queda a cargo del Estado Paraguayo que se respete la Constitución Nacional. En el caso particular de Itakyry, existe una superposición de títulos, un conflicto jurídico que debe ser subsanado garantizando el derecho de todos.
Los productores tienen derecho a cultivar con seguridad jurídica, pero también deben respetar las normas ambientales y a los pueblos indígenas y campesinos. El Paraguay es de todos, debemos aprender a vivir en armonía y dejar de desangrarnos los unos a los otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario