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jueves, 9 de septiembre de 2010

“Hello gente”



Escribe: Ricardo Steimberg
risterecargado.blogspot.com

chachoriste@hotmail.com
(Mba′ e piko che ra'a)

Era un hermoso día soleado en Ciudad del Este. Especial para ir de “camping”. Me había levantado de muy buen humor, por lo tanto me puse bien “fashion”. Tomé mi “walk man” y salí a la calle. Me puse a hacer “footing” hasta llegar a la parada del “bus”. Por el camino me encontré con un “stand” de “hot dog” y compre mis acostumbradas “cookies”.

Para mi sorpresa, el chofer del “bus” me dio un “ticket” cosa bastante inusual. Supuse entonces que su “boss” dudaba de su honradez y le envió inspectores, para controlarlo. Al rato, subió un joven portando un “pin” que lo identificaba como un voluntario de una institución benéfica.


Pero como la gente ya desconfía del destino de ese dinero, se abstuvo de contribuir. Durante el corto recorrido, noté que nuestra ciudad se encontraba saturada de “posters” y “graffitis” con lo que la contaminación visual estaba entrando en su máximo apogeo. No tardé mucho en llegar a la oficina de mi “partner”.


Apenas traspuse la puerta, su secretaria me atajó y me dijo que por favor lo esperara. Estaba en un “meeting”, así que tomé asiento. Había venido para hacer “public relations”, ya que sin ellas, uno nunca puede estar a totalmente a “full” en cualquier cosa que emprenda.


La secretaria me ofreció un “magazine”, como para que me entretuviera, hasta que mi amigo terminara su “bussines”, pero preferí mejor hablar con ella. Como su cuerpo era demasiado atractivo al ojo masculino, le pregunté si no concurría a un “spa” para hacer “aerobics” y ella me contestó que no hacía falta, ya que había contratado a un “personal trainer”.


No es demasiado caro para una simple secretaria, le insinué, no queriendo ofenderla. Respondiéndome que si lo era, por eso tenía otro empleo, de “baby sitter”. Semejante confesión me causó gracia, y se lo dije. La veía como una “top model” y no frecuentando una “nursery”, a lo sumo participando en algún sofisticado “casting” cinematográfico.


Ella me miró fijo y sonrió, sin dejar de pensar que le estaba tomando el pelo. Su amigo sigue ocupado, que le parece si hacemos un “break”, me dijo sonriendo, lo que asentí solo con la cabeza. De un estante tomó un “lunch box” y de él extrajo dos enormes “sandwinchs”.


Como no había tenido la precaución de traer servilletas, utilizó los “kleenex” que tenía guardado en una de las gavetas de su escritorio. Casi estábamos acabando con nuestro pequeño “lunch”, cuando la puerta del despacho de mi amigo se abrió y salió él, acompañado de otras dos personas más.


Apenas ellos se fueron, me saludó efusivamente, y presentó a  la chica como su nueva “girl friend” y secretaria a la vez. Le dije que se la veía como muy eficiente, además de ser bonita. No bien terminé de decir esta frase y mi amigo lanzó una sonora y contagiosa carcajada.


Que es bonita ni se habla. Ella es una “pretty woman”, pero en el trabajo, hasta ahora, dijo mi amigo, lo único que hizo fue leer mis “comics”, despachar miles de “mails” a sus contactos, escuchar  mis  “compact”, estar todo el día “online” y enviar “post” a cuanta red social encuentre en la red. Ella conoce todo el “backstage” de los personajes “Vips” más conocidos de la ciudad.


Ella me saca de lo aburrido y estresante que es el mundo de los negocios y me hace recorrer todos los “pubs”  o “parties” que se realizan en las “Three Frontiers”. Tenemos un buen “feeling” entre ambos y por lo tanto y si no nos apuramos, y seguimos así, ya podes ir pintando el cartelito “just married”.


La chica se rió y mi amigo nos dijo que si teníamos algo de hambre, dejaría su auto en el “parking” y nos iríamos caminando hasta un nuevo restaurante “self service” que quedaba en un “shopping” cercano a la oficina. Ella lo miró fijo y le dijo que no tenía ganas de hacer “running”, que era mucho mejor que venga un “delivery” de pizza del gusto que mi amigo quisiese.


Él muy embobado y no queriendo contradecirla, asintió, no sin antes decirle que ella estaba primero en su “ranking”, pero que no abusara de ello, porque podía llegar el momento de su “fall down”. Ella rió maliciosamente como sintiéndose segura de tenerlo rendido a sus pies.


Como “my friend” no deseaba pizza y ella no quería caminar, cada uno de ellos tomó un camino distinto. La chica quedó cuidando la oficina y nosotros salimos del edificio en busca del “manager” de mi amigo. No habríamos caminado ni treinta pasos cuando, en la vidriera de uno de los tantos “shops” de Ciudad del Este, vimos a dos “gays” tomaditos de la mano.


Mi amigo y yo nos miramos algo sorprendidos. Esa no era una actitud muy común dentro de una sociedad bastante conservadora como es aún nuestra “city”. Ellos en ese momento estaban queriendo comprar ropa. Ambos tenían sus manos metidas dentro del bolsillo trasero del pantalón pero de su pareja. En un momento dado, ambos tanto jugueteaban, que hasta se les pudo ver el elástico de sus “bóxers” 


En esta oportunidad quise hacer algo diferente y como escritor, diseñé un relato, en donde coloqué, las 50 palabras en inglés, más  usadas actualmente; intercaladas con nuestro hermoso idioma castellano. Reconozco haberme divertido mucho, sin embargo, entre broma y broma, esto es parte del lento pero inexorable proceso de “desculturización” a que se encuentra expuesta nuestra gente.


Comienza atacando el lenguaje, luego las costumbres, las vestimentas, los juegos infantiles, nuestras fechas conmemorativas y como un cáncer, nos va tomando de a poco, y sin sentirlo. Para cuando queramos darnos cuenta, será muy tarde, ya nos habrá  invadido por completo.


Parece inofensivo y semeja un juego, pero no lo es. Ponernos a tono con el resto del mundo es una cosa y desnaturalizarnos es otra muy diferente. Perder nuestra esencia y olvidarnos de nuestras raíces, es lo que pretende, de una manera u otra la bendita globalización. Que no he dicho que sea mala, siempre y cuando no empecemos a saludar ridículamente a todo el mundo: “hello gente”

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