Tim Radford es un veterano periodista neozelandés. En su currículum destaca su trabajo para el diario inglés The Guardian durante 32 años, durante los cuales ha ocupado puestos como la dirección de las secciones de artes, literatura y ciencias; precisamente en este ámbito, la Asociación de Escritores Británicos de Ciencia le ha nombrado cuatro veces escritor del año. Ahora ha decidido compartir sus más de cinco décadas de experiencia en la prensa elaborando un listado de 25 recomendaciones que todo informador debería conocer y respetar.
- Lee. Mucho. De todo. Cuanta más variedad, mejor. Así aprenderás la cantidad de cosas que se pueden hacer con las palabras en apenas media página.
- Cuando te sientes a escribir, sólo debe importarte una persona en tu vida. Es alguien a quien probablemente no conocerás nunca: el lector de tu artículo.
- No se trata de impresionar al científico que acabas de entrevistar, ni al director de tu medio, ni a esa chica o ese chico tan atractivo que conociste en una fiesta. Escribes para impresionar al trabajador que va en el metro y, si no le interesa, no tardará ni medio segundo en dejar de leerte.
- Por tanto, cada frase que escribas ha de ser la más importante de tu vida. Tiene que ser interesante para el lector.
- No uses un estilo pomposo. Espanta a los lectores. Utiliza palabras simples, frases cortas e ideas claras.
- Nadie se molestará si escribes algo “demasiado fácil de entender”.
- Nadie, nunca, está obligado a leerte.
- En caso de duda, considera que el lector no sabe nada del tema del que hablas. Pero tampoco pienses que el lector es estúpido. No sobrevalores sus conocimientos, no infravalores su inteligencia.
- La vida es complicada. El periodismo no puede ser complicado. Precisamente los lectores acuden a la prensa para que les explique los asuntos complicados.
- La teoría del espagueti: si algo está enmarañado, como un plato de espaguetis, busca una sola hebra y tira de ella. Debes darle al lector algo simple, no todo el complejo.
- Elige una sola trama narrativa para tu historia. Si el asunto del que hablas tiene varias partes importantes, escoge el punto donde se crucen. Puedes meter otros fragmentos, pero no te desvíes de la trama que hayas elegido.
- Intenta resumir en una sola frase la idea central de tu artículo. Plantéate, por un lado, si tu madre la entendería, y por otro, si valdría para “vendérsela” al director del diario. Muchas veces esa frase puede ser la primera de tu artículo. No empieces a escribir hasta que no la tengas.
- Siempre hay una primera frase ideal para cualquier artículo. Procura tenerla pensada antes de empezar a escribir. El resto del texto será mucho más fácil.
- “Simple” o “ligero” no son insultos para un periodista. Quien paga por un periódico quiere información que pueda asimilar con rapidez, sin notas al pie de página ni referencias oscuras.
- Hay que apelar a los sentimientos del lector. Es una de las claves del éxito. No te sientas mal por hacerlo: también recurren a ello hasta los clásicos de la literatura.
- Las palabras tienen su significado concreto. No te lo inventes, por muy bien que parezca sonar. Si dudas, acude al diccionario.
- Evita los tópicos… salvo que sean correctos. Si los usas con criterio pueden ser muy útiles.
- Las metáforas están bien, pero procura que no sean muy rebuscadas. Y no uses varias a la vez: sólo conseguirás generar confusión.
- El lenguaje de la prensa no es igual que el de la calle. El texto no tiene entonación, ni velocidad, ni acento, ni se apoya en gestos. No puede darse nada por sobreentendido. Hay que ser claro, y respetar todas las reglas de la gramática.
- Ten cuidado con las palabras excesivamente largas y con la jerga técnica. Si hay sinónimos más comunes, úsalos. Por ejemplo, sienta mejor una comida “abundante” que una “pantagruélica”.
- En nuestro caso, escribimos en castellano. Si no son imprescindibles, evita términos en otros idiomas, incluidos el latín y el inglés. No es necesario usar “parking” en vez de “aparcamiento”.
- Al público le interesa lo más cercano a ellos. A la mayoría de los lectores de Madrid les preocuparán más las obras de la autovía de Valencia que las reformas económicas de gran calado en Surinam.
- Ten cuidado con los datos absolutos. Si tú defines algo como el más grande, el más pequeño, el más rápido, el más fuerte… puede que aparezca otra cosa que lo supere y te deje mal. Es eficaz el recurso “uno de los más…”. O bien citar referencias: “el más grande según el libro Guinness”.
- Hay cosas que, bien por respeto a la ley, bien por buen gusto, simplemente no debes escribir. Evítate complicaciones y ofensas gratuitas a tus lectores.
- Más allá de la ley, los periodistas tenemos una responsabilidad social. Debemos buscar la verdad. Y si es difícil de alcanzar (pasa a menudo), al menos procura ser ecuánime: siempre hay al menos dos versiones para una historia.
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