Por Mabel Rehnfeldt
Verdera. Abuja. Alverja. Toballa. Regló. Bocinear. Bajear. Carcerola. Habló mal por vó. Le rempujó. Subí arriba. Bajate abajo. Taen. Salína afuera. Vayensen. Hacia aquello lado. De esto lado. Doblate a la izquierda. Quince para dieciséis. Le voleó toito mal. Un mi tío. La mayora. Se endrogó. Miércoles a según. Borsillo. Arrascate. La frezada. Más mejor. Por qué lo que. Aguitín. La moralla de mi casa. Ojalá que puedamos. Te dije loo. Su hijo de ella. Vivimos en arquiler. Masiado mucha gente. Tu chorcito. Que nos vayemos.
Mi toca. Tu toca. Dentrífrico. Botifarra. Sinvergüenzo. Mil guaraní. Cuatro Mojón. Madelucado. Tré millón dociento veinte mil. Enjaguá. Queso rayado. Desde el empiezo. Mandé traer del almacén. Se rió todo de balde. Me voy a ir a venir. Presidente “ocarculá” vaí el presupuesto familiar. Polvadera. Prosora. Prosor. Y voy a pasar, ya son tarde. Ya e ya. Chastá ya. Masiado mucho. La pastaflora. Me picó dengue. Me voy en la esquina. Nos vamos en la pescada. Me juí. Allaité. Mi coandante. El coisario. Voy a ir a venir.
Aplaudí en el portón nomá. ¿El ya llega por vó? ¿Vos pio hay? ¡No váyana a purear por mí! ¡Mujerín! Usá la cucharona. Llaveale. Los alfafore. El champiún. No me halloité. Apagá la canilla. Me voy y vengo.
Aportes que la gente ayudó en Facebook para construir un diccionario de malos usos, hábitos, “hablares y escribires”.
Me reí, sí. Muchísimo. Pero después ya quise llorar.
Nosotros, nuestros hijos, sus maestros, las supervisoras, los medios de comunicación hablamos así. Nuestras autoridades hablan y piensan así, y obran en consecuencia.
Les somos útiles así, brutos y burros. Groseros y malhablados. Ignorantes y débiles. Analfabetos funcionales y desprotegidos. ¿Alguien que pudiera hablar bien, formarse sólidamente y escribir correctamente dejaría que se abuse de él? Mientras niños de clases pudientes hablan, piensan y escriben en inglés, casi toda la población tiene pequeños que no hablan ni escriben en guaraní ni en español. ¿Con qué herramientas se puede pelear a la vida en tan ignominiosa desigualdad de condiciones?
La gran mayoría de esos niños da clases bajo los árboles. Usa pupitres rotos. Dos o tres grados juntos en una sola aula. Caminan kilómetros para llegar. No tienen libros, a veces a duras penas el cuaderno, el lápiz y el borrador. Si no hay plata para lo menos, difícil pensar en lo más: Laboratorios. Bibliotecas. Instrumentos musicales. Becas. Gimnasias artísticas. Competencias en ciencias. Desarrollo en humanidades. Conciertos. Debates.
El proyecto emprendido por el grupo #AhoraPy, para blindar (asegurar, poner a resguardo, salvaguardar) los US$ 240 millones provenientes de Itaipú y que sean usados EXCLUSIVAMENTE en educación e investigación, debe ser aprobado sin más pérdida de tiempo. Itaipú ha usado sus fondos históricamente para las más grandes salvajadas que se han visto en este país, una patada al estómago de la gente.
Si los senadores no lo aprueban la semana entrante –como lo prometieron–, que se preparen. Serán astutos en mantenernos ignorantes, pero se sabe, de quienes ellos consideran “burros” pueden recibir “patadas”...
mabel@abc.com.py
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