El castillo azul se me perdió

Por Salvatore Brienza

Supongo que construir un castillo en estos tiempos, es un signo de ostentación innecesaria en una ciudad con muchas carencias. Que éste sea azul, como el color del partido político al que pertenece el Intendente de la ciudad es politizar la construcción. Que al final, coincida con el apellido del propio ejecutivo municipal Mario Castillo es un excesivo sesgo de soberbia y  fanfarronería que supera toda la imaginación y nos apela a que esto “no es coincidencia”.

Según la propia intendencia, en su página de facebook (https://www.facebook.com/pages/Municipalidad-de-Hernandarias),  el susodicho “castillo” ha costado casi 50 millones de guaraníes de los recursos genuinos de la municipalidad y aprobado por la Junta Municipal, y que el mismo no pase de unos cuantos metros cúbicos de cemento armado, con cables, caños, bombas de agua, pinturitas y otros artilugios para que el mismo se convierta en una fuente de agua símbolo de la “Capital Mundial de la Energía y el Agua Dulce” es lo más arrogante e infantil que se ha hecho en la ciudad en los últimos tiempos. Todo esto claro, hecho por algún aprendiz de arquitecto que, en su aparente  guiño de adulonería diseñó esta construcción que de belleza turística no tiene absolutamente nada, sino más bien el ridículo que hace pasar a la ciudadanía hernandariense. La comunidad merece que sus recursos sean utilizados de manera equilibrada y por sobre todo racional.

El intendente Mario Castillo llegó a ese cargo, con el voto de la ciudadanía “sin distinción de colores” cansada de debatirse por años entre dos “supuestos” intendentes colorados (Carmen Alvarez y Blás Leguizamón) que con apoyo de “cualquier juez de paz de la república” se intercambiaban el poder y el cargo de intendente para dilapidar las reservas municipales y seguir endeudados con todos los proveedores Municipales, siendo los ciudadanos objeto de burla nacional al tener dos intendentes.

Los argumentos esgrimidos en un intento de justificación, son ataques a quienes cuestionan dicha construcción.

Sin embargo, el Intendente Castillo debe saber que NO se le ha votado para -usando las mismas palabras de la página de facebook- : “ridiculizar, minimizar o  distorsionar…, el trabajo tesonero en favor de la comunidad”…, ni que usted se encuentre rodeado de…, “pusilánimes, genuflexos, metástasis del maligno”…, que…, “han recurrido a innumerables recursos…, para enlodar no solamente la administración comunal, sino, vilipendiar el Honor y la Reputación” de la ciudad.

Deje de usar “lenguajes soeces y bizarros, Y SIN PUDOR ALGUNO, (pues”…, tampoco.., “son ángeles, querubines, palomas blancas, impolutos, castos e intachables autoridades)
Esos documentos sólo prueban que ha perdido el rumbo, gestionando con recursos ciudadanos un monumento “al mal gusto y a la adulonería”.