Lic. Silvio Luis Benítez López |
Sé
muy bien, que muchas versiones e interpretaciones le habrán llegado a través de
los que, con el afán de ser los primeros en “informarle” sobre mi escrito, han
corrido presurosos a relatarle sus versiones de los hechos.
Es
por ello, que decido escribirle directamente a través de este espacio que nos ayudó
a construir el disenso y los cambios necesarios durante el periodo en que me
tocó ser miembro del estamento estudiantil.
Desde
un primer momento, tuve la certeza de que usted nunca tuvo, ni tiene malas
intenciones para con las acciones a ser tomadas dentro de nuestra facultad.
Para
mi, que soy hijo de una Docente que vive la profesión como una vocación y un
servicio entiendo que muchas veces, creyendo hacer el bien comete errores.
Mas
bien creo, que quienes la hacen cometer errores, son personas que “manipulan la información” para quitar
beneficios particulares y por sobre todo, mantenerse en ese efímero poder que
les otorga el cargo al que usted las y les asignó.
Dice
el gran Marco Tulio Cicerón que “son siempre más sinceras las cosas que
decimos cuando el ánimo se siente airado que cuando está tranquilo” y
es por ello que, decidí escribir el artículo “Matar al Mensajero”.
Usted
sabe que fui un alumno dedicado en las cuestiones académicas, y me involucré en
los espacios estudiantiles, deportivos y políticos de la facultad.
Usted
sabe, que no busqué el beneficio particular a través de los cargos electivos que
ocupé en la facultad, como ser Presidente del Consejo de Delegados o
Representante Estudiantil, y que los asumí con responsabilidad colaborando en
todo con el Decanato, incluso cuando por motivos laborales no podía estar
presente.
Usted
sabe, que no fui de los alumnos, de los cuales, se deba tener vergüenza de
representar a la facultad en cualquier espacio, sea dentro o fuera de la misma.
Debe
reconocer que en todo este tiempo, busqué primero destacarme como alumno, luego
como líder de mi curso, como uno de los dirigentes estudiantiles activos y
ahora en una nueva faceta, intento hacer lo mejor de mí, como Docente.
Es
por ello, que siento, como dice Cicerón, que mi “animo se siente airado” por todo lo que está sucediendo en la
Facultad.
Y
siento, que aunque haya “buena voluntad” de
parte de todos los que le rodeamos, pero no conseguimos convencerla, es usted
la que deberá tomar las medidas correspondientes para que las mismas se hagan
de la manera correcta.
No
podemos perder una oportunidad como la que nos están ofreciendo. Necesitamos
tomar una decisión y esperamos que sea la correcta. Me sentiré profundamente
decepcionado si no tenemos una o un candidato a Vice-Rector o Rectora.
Debemos
generar la discusión, pero al mismo tiempo, debemos de aprender a escucharnos,
tolerarnos y por sobre todo, evitar a los que “hacen ruido” para que no nos sentemos a hablar del tema.
Mi
deseo, en todos estos años como estudiante, era que usted sea “nuestra Decana” y el apoyo que le
brindamos ha sido “fiel y leal, sin
subterfugios secretos”.
Las
diferencias, las solucionamos en casa, y las que no pudimos, las elevamos a los
que nos ayudaron a “separar la paja del
trigo” y de este hecho usted lo sabe mejor que nadie.
Cuando
estuvimos disconformes, le hicimos llegar el mensaje, usted lo analizó y se
actuó en consecuencia.
Nunca
olvido, una de aquellas noches bajo el TATAJYVA, y me pidieron que diga algunas
palabras. En esa oportunidad dije: “Hoy
estamos a su lado, y no dude, que si no va bien su administración, podríamos estar
frente a frente” y hemos sido consecuentes con esta idea siempre.
Las
cosas buenas, las elogiamos; las malas, las decimos y las cuestionamos. Esta no
es la primera, ni será la última vez que me manifieste políticamente sobre
algún aspecto de la facultad, aunque me digan que mis escritos pueden traerme
consecuencias, porque no las temo.
Una
de las cosas que aprendí, y que me han enseñado en las aulas de esta facultad,
es que “el periodista debe buscar la
verdad y decirla” y estoy obrando en consecuencia. Si me quedo callado, me
perjudico a mí mismo, a usted y a toda la facultad.
Para
cerrar esta carta, y que sepa que ambos buscamos el mayor beneficio para la
Facultad de Filosofía le dejo esta frase de Cicerón: “La confidencia corrompe la amistad; el mucho contacto la consume; el
respeto la conserva.”
Con
el mayor respeto.
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