Por Salvatore Brienza
En otros tiempos, cuando una persona
ofendida o agredida en su honor desafiaba a duelo a otra persona arrojaba un
guante delante del ofensor. Si éste lo tomaba, entonces se marcaba día y hora y
se nombraban los padrinos del duelo. Se convocaba a algunos testigos quienes serían, además de simples observadores los
garantes de que todo se cumplía “honorablemente” y según las reglas del Duelo.
Les soy sincero, no escuché la
homilía del Obispo Claudio Giménez donde se refería a los masones. Ni tampoco
las declaraciones de los Grandes Maestros Carlos Quiñonez y Euclides Acevedo.
En realidad leí, en las redes
sociales y periódicos digitales, a todos los actores de este “singular” y
antiguo duelo[1][2].
En primer lugar creo que el Obispo “fue
obligado a hablar de la masonería” por el contexto del discurso y las
circunstancias en que se encuentra la propia iglesia. Sin embargo, no deja de tener
razón en el sentido de quien se ocupara de los masones.
Siguiendo el pensamiento del Obispo,
la Orden Masónica en general y las Logias en particular, deberían en sus distintas
Sesiones, Ágapes y Tertulias de las distintas Logias, Potencias y Ritos hacer
una reflexión profunda del camino que estamos construyendo en una institución tan
humana, tanto como la Iglesia Católica y otras confesiones religiosas.
Creo que la crítica viene bien a la
orden porque nos hará reflexionar sobre ciertos valores que se han perdido en
las logias de todas las potencias del Gran Oriente del Paraguay.
Me dijo un amigo, con quien comparto
mis aficiones “literarias, periodísticas y pizzeriles”: “la masonería es una bosta comparada con las de mi época…, antes un
tipo con antecedentes ni en pedo llegaba a la puerta”, en el fondo
concuerdo plenamente con este amigo, más no creo que todo este perdido.
Siguiendo este razonamiento, creo que
la Orden tiene que hacer análisis profundo de su visión y misión social, tanto
interna como externa. Desde los fundadores de Logias pasando por las autoridades
de los distintos ritos y la calidad de miembros a iniciar hasta los Grandes
Maestros Simbólicos que son, algunos menos que otros, cada vez menos instruidos
y por sobre todo menos tolerantes a las
discusiones filosóficas y éticas.
Al aceptar el guante que le tiró la
iglesia, los Grandes Maestros se igualaron a una religión y eso está errado. Que
no se interprete que la religión está errada, que quede bien claro.
La masonería no es, no fue, ni será
dogmática. Si lo es, sea en la potencia que sea, entonces no es masonería. Es
un club de fanáticos que se abroquelan bajo la escuadra y el compás, de cuyos
significados simbólicos no entienden absolutamente nada.
Ellos, la iglesia, creen que los masones
estamos detrás del matrimonio homosexual y el aborto. Pero no es así. La masonería
como institución propugna el amor a la humanidad[3] y la libertad en su más
amplia acepción. Y la iglesia siempre confunde libertad con libertinaje.
Ahora bien, la masonería siempre
estuvo detrás de los derechos del ciudadano[4], la libertad de expresión
y el laicismo[5].
Siempre fue así. Históricamente,
muchos masones, han sido los propiciadores de un estado laico que aglutine a
todos los credos e ideologías políticas.
Creo que el Obispo, como buen
cristiano buscó pelea donde no la debería encontrar y los Grandes Maestros se
equivocaron al responder. Se dejaron
llevar por lo “mediático” de la festividad religiosa y convierten esto en un
duelo, donde siempre será el silencio el mejor consejero.
Mientras escribo esto, veo a otro Gran
Maestro defendiendo su posición de manera individual. No lo puede hacer institucionalmente,
eso lo sabemos todos quienes formamos parte de la Orden. Un Gran Maestro es
nuestro representante, pero sin autorización de su Gran Logia no puede hablar
institucionalmente, sino sólo con aquellos criterios que todos sabemos que
podemos decir desde nuestra condición individual de masones.
Me gustaría entender cuál fue el
criterio para que los Obispos tomaran la decisión de atacar a la masonería igualándola
con “narcotraficantes, guerrilleros,
prostitutas y homosexuales”. Siendo
que todos los seres humanos, o “los
corderos extraviados”, al decir de las escrituras, deben ser el objetivo de
una Iglesia Universal que propugna el “Amor
al prójimo”.
En conclusión, la iglesia encontró una manera de arrojarnos el guante del
desafío, y los grandes Maestros aceptaron tomar el guante.
3 comentarios:
No puedo dejar de opinar respecto a la afirmación de que los obispos aprovecharon la mayor manifestación de fe de la Iglesia católica para desafiar a los mazones. Primero que la iglesia no necesita desafiar a nadie para convencer de la verdad que predica; segundo en ningún momento comparó a los mazones con prostitutas, ni narcotraficantes, ni con ningún otros tipos de conductas o asociaciones sociales o ideológicos contrapuestos a los Evangelios de Cristo, arma firme e invencible que esgrime y ningun mortal podrá vencerlo. El Obispo de caacupe apenas se cuestionó como miembro de la Iglesia y cuya misión es hacer llegar a todos el evangelio de Cristo como único camino de salvación, si surgirá algúna persona o grupo con carismas que se ocupen de ellos como hijos de Dios que son para que conozcan el verdadero camino de salvacion y no estén perdiendo su precioso tiempo por caminos equivocados. Hasta pronto.
No puedo dejar de opinar respecto a la afirmación de que los obispos aprovecharon la mayor manifestación de fe de la Iglesia católica para desafiar a los mazones. Primero que la iglesia no necesita desafiar a nadie para convencer de la verdad que predica; segundo en ningún momento comparó a los mazones con prostitutas, ni narcotraficantes, ni con ningún otros tipos de conductas o asociaciones sociales o ideológicos contrapuestos a los Evangelios de Cristo, arma firme e invencible que esgrime y ningun mortal podrá vencerlo. El Obispo de caacupe apenas se cuestionó como miembro de la Iglesia y cuya misión es hacer llegar a todos el evangelio de Cristo como único camino de salvación, si surgirá algúna persona o grupo con carismas que se ocupen de ellos como hijos de Dios que son para que conozcan el verdadero camino de salvacion y no estén perdiendo su precioso tiempo por caminos equivocados. Hasta pronto.
No puedo dejar de opinar respecto a la afirmación de que los obispos aprovecharon la mayor manifestación de fe de la Iglesia católica para desafiar a los mazones. Primero que la iglesia no necesita desafiar a nadie para convencer de la verdad que predica; segundo en ningún momento comparó a los mazones con prostitutas, ni narcotraficantes, ni con ningún otros tipos de conductas o asociaciones sociales o ideológicos contrapuestos a los Evangelios de Cristo, arma firme e invencible que esgrime y ningun mortal podrá vencerlo. El Obispo de caacupe apenas se cuestionó como miembro de la Iglesia y cuya misión es hacer llegar a todos el evangelio de Cristo como único camino de salvación, si surgirá algúna persona o grupo con carismas que se ocupen de ellos como hijos de Dios que son para que conozcan el verdadero camino de salvacion y no estén perdiendo su precioso tiempo por caminos equivocados. Hasta pronto.
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