El
estado paraguayo se declara laico desde la Constitución de 1992. Si bien reconoce
la libertad religiosa, de culto e ideológica y por ello, “Ninguna confesión
tendrá carácter oficial” expresa la Constitución Nacional en su artículo 24.
Por tanto, es inconcebible que autoridades universitarias se presten a
inaugurar una Capilla dentro del Campus Universitario.
Basta y sobra
con la Ermita de la Secta Católica de Schoestantt y las reuniones para “rezar los días 18
de cada mes”, como tenían acostumbrado “otras autoridades universitarias”.
Lo
lamentable y patético, para no decir ridículo, es que dicha capilla se encuentre dentro
de la propia Facultad de Filosofía. Esto no sólo expresa el atraso en términos de
promoción de la libertad de pensamiento y de culto, sino que es una
contradicción desde los mismos conceptos de libertad y búsqueda de la verdad a través del pensamiento crítico
y científico.
Con
este acto, hemos retrocedido siglos. Es volver a la Edad Media, cuando las
universidades eran gestionadas por la iglesia para “controlar a las masas de
herejes” y evitar el pensamiento crítico. Recordemos que esta época de
oscuridad, permitió que surja de nuevo “la luz de la razón y renaciera el
pensamiento libre” sobre el conocimiento enclaustrado en Monasterios y Sectas.
Si no fuese así, seguiríamos pensando en el creacionismo divino y toda la fábula mágica de
los pasajes bíblicos, en detrimento del pensamiento científico.
Nada
se hubiera dicho, si la universidad fuera financiada totalmente por la propia
iglesia. Incluso es respetable que existan universidades católicas, anglicanas,
luteranas o islámicas si se quisiera.
Pero
que la Universidad Nacional del Este que es una institución financiada con
dinero del estado, que al final es de toda la sociedad respetando “la libertad
religiosa, de culto e ideológica” de cada uno de sus miembros, sea la promotora
del pensamiento escolástico y medieval a través de este tipo de actos, es una vergüenza que
debería hacer re-pensar a todos cuál es su verdadero papel en la dirección de
la institución.
La
propia existencia de la UNE está en peligro al contradecir la Constitución Nacional,
teniendo en cuenta que “Ninguna confesión tendrá carácter oficial”. Es una barbaridad
que las propias autoridades universitarias, no sólo promocionen el “culto
católico” dentro de las aulas, sino que participen en la inauguración de la
Capilla “Santo Tomás de Aquino” en la Facultad de Filosofía.
Que
las relaciones del Estado con la Iglesia católica estén basadas en “la
cooperación”, no les da derecho a usar patrimonio del estado, dinero de todos
los contribuyentes, para aplacar las “almas
pecadoras de autoridades y funcionarios de las facultades” que se
vanaglorian de “hacer misa, vía crucis”
y en un futuro no muy lejano una “Pastoral
Juvenil Universitaria”, mientras por otro lado, fomentan el “nepotismo y la mediocridad” sin
interesarles en lo más mínimo la formación académica de sus alumnos.
El
motivo de la existencia de la Universidad Nacional del Este, no son “ni las autoridades, ni los docentes, ni siquiera
los administrativos que hacen y deshacen dentro de las facultades”, sino
los “alumnos” que ingresan a sus
aulas esperanzados en recibir una formación adecuada a los nuevos tiempos, a la
era del conocimiento científico, crítico, plural y por sobre todo en la búsqueda
incesante de la verdad.
Volviendo a la Carta Magna en su Artículo 79
dice que “La finalidad principal de las universidades y de los
institutos superiores será la formación profesional superior, la investigación
científica y la tecnológica, así como la extensión universitaria”. Como se
puede extender la universidad a la sociedad, si se convierte en parte del “aparato
ideológico del pensamiento medieval” que traen los docentes que “fomentan el
culto religioso antes que el pensamiento científico”.
Días atrás, en el interesante Ciclo de Conferencias Generando Filosofía 2015 un compañero egresado de la Facultad
de Filosofía, Damián Cabrera, renombrado en muchos círculos intelectuales y literarios del país
y el mundo, que en estos momentos está cursando una Maestría en Estudios
Culturales en la Universidad de Sao Paulo, Brasil; estaba dando una Charla sobre
las “Fronteras espectrales” y sin embargo, su conferencia fue destinada a un
aula donde apenas podían entrar 30 a 40 personas. Es como si realmente
quisieran poner una “frontera” al pensamiento libre y por sobre todo al análisis
crítico de la realidad, dejando a los participantes como “espectros” de un
modelo que no condice con sus conceptos de “orden y castigo divino”.
En el 2013 el ministro francés de Educación, Vincent
Peillon, durante el lanzamiento de su “Carta de Laicidad en la Escuela” aclaró que:
“El laicismo no se refiere a una religión
en particular porque precisamente las pone a todas en situación de igualdad. En
la escuela de la República no se recibe a pequeños musulmanes, pequeños judíos,
pequeños protestantes o pequeños agnósticos. Se recibe a alumnos de la
República”.
Creo y estoy convencido, que mi opinión no caerá bien
en los “altos círculos esotéricos de la
UNE, y mucho menos en los bajos círculos exotéricos” de la Facultad de Filosofía,
porque muchas veces “Arriba es como abajo
y abajo es como arriba”.
Sólo me queda la satisfacción de poder cumplir lo que
dice la Constitución Nacional en su Artículo 26 - DE LA LIBERTAD DE
EXPRESIÓN Y DE PRENSA que dice “Se garantizan la libre expresión y la libertad de prensa,
así como la difusión del pensamiento y de la opinión, sin censura alguna, sin
más limitaciones que las dispuestas en esta Constitución; en consecuencia, no
se dictará ninguna ley que las imposibilite o las restrinja. No habrá delitos
de prensa, sino delitos comunes cometidos por medio de la prensa. Toda persona tiene derecho a generar, procesar
o difundir información, como igualmente a la utilización de cualquier
instrumento lícito y apto para tales fines”.
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"Liberemos a Roma de sus inquietudes,
ya que no sabe esperar la muerte de un anciano". Anibal Barca
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