Por Salvatore Brienza
Estas marchas y
contramarchas estudiantiles no son insípidos intentos de los “desestabilizadores
izquierdistas” como dice un medio local y que los “escribas de la izquierda”
hacemos notar con cada publicación. Es la clara demostración de que existe un “poder
corrupto” que se niega a ir, y otro, que no quiere seguir siendo “amedrentada y
extorsionada”. Estas acciones realizadas
por los “mediocres y delincuentes” que se abroquelaron en los distintos
estamentos de poder y que hoy fungen de “autoridá” en las distintas facultades son
los que se resisten a los cambios.
La culpa la tenemos todos
nosotros. Desde los estudiantes que miran, pasivamente, el avance de la historia;
los docentes, que sólo quieren terminar el año para no trabajar entre Navidad y
Año Nuevo y la ciudadanía que cree no tener injerencia en la universidad,
porque la misma se ha alejado de la sociedad que le sostiene económicamente. No
hay dudas de ello. “Mientras los buenos
no hacen nada, los malos ocupan el poder”, dice una frase, que se le
atribuye a Juan Pablo II.
Esto no es raro, porque el
único argumento de los malos es el uso de la fuerza. Sus herramientas, siempre
serán el amedrentamiento y la extorsión. Al más puro estilo de la mafia.
Esto es así, no sólo en
nuestra universidad, sino también en todo el país y en todas las instituciones.
En estos días de Paro
Estudiantil, se ha visto todo tipo de atropellos de parte de algunos “docentes
indecentes” que fungiendo de Directores de la Facultad de Filosofía creen tener
el derecho de arrastrar a un alumno con su auto, insultarlo por grupos de whatsapp,
burlarse de su condición física e incluso, prometer atropellar con fuerzas
policiales y judiciales.
Algunos de estos mensajes me
pasaron “docentes indignados” que no pueden abandonar los grupos digitales,
porque dicen que serán perseguidos o no les renovarán los contratos.
Algunos mensajes son muy parecidos
a esto. “Los directivos deben hacer
algo, el Consejo Directivo está al pedo y deben actuar, o si no debemos pensar
en que no nos representan”. Es la fuerza bruta hecha texto. Otro mensaje “muy
valiente” dice: “Marcharemos con los Directivos al frente y nosotros como
soldados atrás”. Desean una batalla pero no se animan a ponerse al frente de
las marchas. Y en otro dicen “los muy sabios docentes” que “no puede un grupito
de jóvenes de 17 ó 18 años juruky’a, venir a decirnos como hacer las cosas”.
Esto es más ridículo aún. Los que lideran “estos grupos digitales violentos”
son algunos “docentes stronistas” acostumbrados a “transitar su pequeñisima
intelectualidad” por las seccionales y comités de barrio, buscando “succionar
calcetines” con el fin de ligar otro “zoquetito” en Municipalidades o
Gobernaciones y aumentar su patrimonio “robando al estado”. Y el Fiscal Marcelo
Saldivar sigue teniendo miedo.
Demuestran una total
incapacidad para el diálogo, porque sólo conociendo el lenguaje soez como argumento
y la fuerza bruta como arma, pueden llegar a estos espacios de poder.
Estos “docentes indecentes”
buscan la confrontación con la masa estudiantil.
El Rector Gerónimo Laviosa debe
evitar este enfrentamiento a cualquier precio. En sus manos está la posibilidad
de minimizar el impacto de las protestas estudiantiles.
Si tiene miedo a intervenir
la FAFI, que lo diga. Si tiene miedo a dar el primer paso, que sepa que los
grandes cambios siempre necesitan de mucha valentía y apoyo para los cambios
estructurales. Estoy convencido que los estudiantes saben de eso y muchos
docentes estamos de acuerdo en que los cambios no pueden ser 100% radicales.
Si tiene temor a enfrentar
esta realidad entonces, el horizonte está más que negro para la universidad.
Decía Juan Jacobo Rosseau, en su famosa obra El
Contrato Social “la fuerza no hace el
derecho y (EL PUEBLO) no está obligado a obedecer sino a los poderes
legítimos.”
Pero cuando estos poderes se deslegitiman, por
actitudes claramente violentas contra el pueblo, las únicas armas que se pueden
usar son el paro, las huelgas y las protestas en este modelo de sociedad. Como
sociedad tenemos los mismos derechos que las autoridades. Porque si no fuese
estaríamos hablando de Amos y Esclavos, y esto no es así.
Winston Churchill dijo que “de todos los tipos de gobierno, la democracia es la menos peor”.
Cuando una sociedad no se
siente representada por sus autoridades, la presión social es el único camino para los
cambios profundos Y eso está ocurriendo, para bien o para mal.
Y para reflexión final dejo este párrafo del Contrato
Social, donde habla de la esclavitud y reflexiona, que si bien pueden existir
esclavos, en una sociedad de derecho esta es absolutamente contradictoria.
“Las palabras esclavo
y derecho, son contradictorias y se excluyen mutuamente. Ya sea de
hombre a hombre o de hombre a pueblo, el siguiente razonamiento será siempre igualmente
insensato: "Celebro contigo un
contrato en el cual todos los derechos están a tu cargo y todos los beneficios
en mi favor, el cual observaré hasta tanto así me plazca y tú acatarás durante
todo el tiempo que yo desee.”
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