El Cristo en el que creo y
confío, aquel que conocí en mis días de “opción preferencial por los pobres y los
afligidos”, hoy sufre la traición y la humillación de sus seguidores.
Mi Cristo sufre porque
ciertos sacerdotes, religiosos y religiosas que estudian en la Facultad de
Filosofía no acompañan la lucha contra la “corrupción, el prebendarismo, nepotismo, la
malversación de fondos y el uso irregular del dinero del estado” y
prefieren estar del lado de los “fariseos y mercaderes del Templo” que
reivindican “el amor al prójimo, comulgan en sus capillas o rezan a la Mater Mariae” mientras utilizan la “Ley
como Garrote” y solicitan la “imputación, pago de costas e incluso,
prestación de una caución real (quiere decir poner efectivo o algún bien a
nombre del juzgado, como garantía de cumplimiento) y por último, no acercarse
al recinto de la facultad de Filosofía (Y como estudiante, no podrá, inconstitucionalmente,
estudiar)”
Mi Cristo sufre cuando sus "pastores" se
unen a la “turba” para gritar “crucifíquenlo”, mientras los
estudiantes como “inocentes ovejas van al matadero” y los que deberían de estar
del lado de los “desprotegidos y desvalidos” se enseñorean con las autoridades queriendo
dar cátedra de moral y buenas costumbres.
Mi Cristo sufre, porque
estos “fariseos vestidos de sacerdotes y monjas” exponen su “impúdica
gracia divina” sabiendo que muchos de ellos son simples “fanáticos
de salón” que no se humillarían como Cristo, que no sufrirían en carne
propia, los dolores “del Cristo Salvífico” al unirse con los pobres y desamparados
en su lucha contra la “corrupción”.
Mi Cristo sufre cuando les
dice a ustedes que son “Los maestros de la ley y los fariseos enseñan con la autoridad(…,) 3obedézcanlos ustedes y hagan
todo lo que les digan; pero no sigan su ejemplo, porque ellos dicen una cosa y
hacen otra. 4 Atan cargas tan pesadas que es imposible
soportarlas, y las echan sobre los hombros de los demás, mientras que ellos mismos
no quieren tocarlas ni siquiera con un dedo. 5 Todo lo hacen para que la gente los vea. Les gusta
llevar en la frente y en los brazos porciones de las Escrituras escritas en
anchas tiras, y ponerse ropas con grandes borlas. 6 Quieren tener los mejores lugares
en las comidas y los asientos de honor en las sinagogas, 7 y desean que la gente los
salude con todo respeto en la calle y que los llame maestros.” (Mat.23,2-7) porque saben que están
errados.
Mi Cristo
sufre por los “Poncio Pilatos del Consejo
Superior Universitario” que se lavan las manos para no mancharse con
las injusticias que caen como rocas del Monte Sion sobre los humildes
estudiantes.
Mi Cristo, finalmente, les dice:
“Serpientes! ¡Raza de víboras!
¿Cómo van a escapar del castigo del infierno? 34 Por esto yo les voy a enviar profetas, sabios y
maestros. Pero ustedes matarán y crucificarán a algunos de ellos, y a otros los
golpearán en las sinagogas y los perseguirán de pueblo en pueblo.
35 Así que sobre ustedes
caerá el castigo por toda la sangre inocente que ha sido derramada desde Abel
el justo hasta Zacarías, hijo de Berequías, a quien ustedes mataron entre el
santuario y el altar. 36 Les aseguro que el castigo por todo esto caerá
sobre la gente de hoy.” (Mat. 23, 33-36)
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