“Ahata a ñe’e Karai Juez ndive” (Iré a hablar con el Juez), es una expresión popular para indicar que iremos al
baño para hacer nuestras necesidades fisiólogicas.
Lo ocurrido entre el Juez Amilcar Marecos y el
ciudadano Paraguayo Cubas, donde éste último tomó el cinto, y literalmente “lo cintareó” frente a todos, para luego
tirarle con agua y finalmente, quitarse la ropa y defecar en las oficinas del
magistrado es la clara demostración de que el mismo ha perdido el respeto a las
autoridades haciendo honor a la frase “cuando
las autoridades pierden la vergüenza, el pueblo le pierde el respeto”.
Paraguayo Cubas saliendo del Tribunal |
En estos momentos diferenciar la
forma del fondo es todo un problema. Sin embargo, muchas personas encuentran
claro el mensaje enviado por Paraguayo Cubas “no se les debe tener miedo y
debemos empezar a castigar a los corruptos” y a aquellos que no representan a
la Justicia.
Si bien la acción de Paraguayo Cubas, puede considerarse como "anormal" y que raya la
“locura”, es también una forma de mostrar a la sociedad que las leyes están
hechas para las clases dominantes y que los que luchan por un Paraguay
distinto, siempre terminan siendo “garroteados y encarcelados”, en otras
palabras, “cagados por las autoridades”.
Cuando tenemos enemigos de quienes deseamos
tomar venganza, decimos “a este tipo le
voy a cagar” o si ya esta concretada la venganza decimos "le cagué".
Por tanto, lo hecho por Paraguayo Cubas es la clara demostración de que en el subconsciente colectivo, la mierda está instalada como recurso de justicia y de toma de decisiones para el ejercicio del poder de uno sobre el otro.
Por tanto, lo hecho por Paraguayo Cubas es la clara demostración de que en el subconsciente colectivo, la mierda está instalada como recurso de justicia y de toma de decisiones para el ejercicio del poder de uno sobre el otro.
George W. Bush protegiéndose del zapato lanzado por un periodista iraqui. |
Esto ocurrió cuando el periodista iraquí Muntadar al-Zeidi insultó al presidente estadounidense George
W. Bush quitándose, uno a la vez, sus zapatos y se los arrojó a la cara, en
plena conferencia de prensa gritándole “perro”.
En la biblia, en el libro de los Hechos de los
Apóstoles, versículo 13:51, Pablo y Bernabé "se
sacudieron el polvo de sus pies contra ellos [es decir, contra los judíos de
Antioquía]" lo que representa también un acto de desafío y un gesto político.
Hace un tiempo atrás, en el 2013, sectores
indignados de la sociedad decidieron arrojar papel higiénico contra el Congreso: “Como
diciendo que simbólicamente queremos limpiar ‘la mierda’ que hay en ese lugar.
La idea es hacer en un mes otra similar al Poder Judicial, y luego otra al
poder Ejecutivo”.
(Paradójicamente, como lo pensaba hacer Paraguayo Cubas).
En una protesta similar durante nuestro egreso
en la Facultad de Filosofía, en el 2013, el compañero Rodrigo Vega (Puchy)
mostró un rollo de papel higiénico, cuya valentía nos sorprendió a todos. En
entrevista al Diario Vanguardia expresó: “Me
siento indignado que sigan utilizando los bienes públicos a su antojo, que
sigan nombrando a gente que ni trabaja, que sigamos manteniendo a estos
parásitos. Estoy cansado de escucharlos por las radios, no saben ni expresar
una idea y me siento aún más indignado al saber que fueron elegidos por
nosotros”.
Paraguayo Cubas en Tribunales. |
“Se autoriza a los ciudadanos a
resistir a dichos usurpadores, por todos los medios a su alcance. En la
hipótesis de que una persona o grupo de personas, invocando cualquier principio
o representación contraria a esta Constitución, detenten el poder público, sus
actos se declaran nulos y sin ningún valor, no vinculantes y, por lo mismo, el
pueblo en ejercicio de su derecho de resistencia a la opresión, queda dispensado
de su cumplimiento...” (Las
negritas son mías) (Art. 138.- DE LA VALIDEZ DEL ORDEN JURÍDICO. Constitución
Nacional de la República del Paraguay)
El sociólogo José Manuel Silvero,
en un libro “Suciedad, cuerpo y civilización” recomendado para todos los que sienten cierto “asquito”
por lo que hizo Paraguayo Cubas dice citando al historiador y músico argentino
Gabo Ferro que:
“Resultará degenerado todo aquel individuo cuyas
anomalías físicas o morales atenten no solamente contra la especie o la raza, sino
también contra los elementos propios del proyecto de la élite.”
La relación que tienen los conceptos como “limpieza, pulcritud, obediencia y orden”
y una raza, o cultura en este caso, “civilizada,
limpia y pura” es nada más que categoría a para estigmatizar al otro.
Para muchos de nosotros, cuando va al “baño a descargar
su opinión contra el gobierno o las autoridades” casi siempre lo hace entre cuatro
paredes o a escondidas de los demás. Pero esto no siempre fue así. El propio
Silvero refiere a que antes del Siglo XIX, la defecación era un acto social
compartido.
Dice Silvero en su libro que:
Una silla Chaise-Percé |
“…, en el
siglo XIX la defecación se convirtió en una actividad privada, al contrario que
un siglo antes, cuando era habitual charlar con amigos mientras uno se sentaba
en una chaise-percé bajo la cual había un orinal. En el aseo, que
ahora contenía un baño, un lavabo y un retrete, uno se sentaba tranquilamente,
pensando, quizás leyendo o bebiendo algo, sin ser molestado. Este mismo retiro
era posible en sillones en otros lugares más públicos de la casa, sillones en
los que una persona exhausta después del trabajo tenía derecho a no ser
molestada.” (Chaise-percé: Es una combinación de silla cómoda y orinal)
Como vemos, nuestra concepción de estigmatizar
el “cagar en público” no dista mucho
de convenciones muy cercanas en nuestra historia. Lo recurrente en estos casos
es siempre considerar “anormal” que
una persona “se cague en público”
para demostrar su indignación contra un sistema corrupto y alineado a los políticos
y sectores económicos que de por sí tienen sometido a la Justicia.
Indigna más lo que hizo Paraguayo Cubas en un
tribunal, que todos los actos de corrupción municipal, las propiedades de la
ciudad vendidas a diestra y siniestra, puestos vendidos y revendidos en las
veredas del microcentro, el no pago de salarios a proveedores y funcionarios de
la municipalidad y miles de denuncias hechas y que, sistemáticamente, fueron omitidas
tanto por la Contraloría como por la Fiscalía.
“Cuando lo anormal se vuelve normal” es cuando
terminamos creyendo que un “político corrupto” es más digno que un “puerco
manifestante”.
No debemos olvidar que los autoritarios siempre
tratan de categorizar a los que protestan como anormales o locos.
En un pie de página, Silvero, citando la disertación
hecha por Laura Mercedes Sosa, en la Universidad de la Plata dice que:
“Lo ‘normal’ o ‘anormal’ se ha ligado con
‘cosa buena’ o ‘cosa mala’, ‘salud’ o ‘enfermedad’, ‘deseable’ o ‘indeseable’,
conceptos encarnados en una necesidad de clasificar lo que hace y piensa la
mayoría, no directamente en relación con la ética o la moral. Herencia
del positivismo, donde la medición y cuantificación establecían los parámetros
de la ‘normalidad’. La física, la química, la matemática, son tomadas como
modelos de referencia, trasladando este modelo a las ciencias sociales,
disfrazando la diversidad de situaciones epistemológicas mediante trucos
terminológicos, es decir hablando continuamente de medición, experimento,
escala, intentando hacer de la conducta o de la actitud algo medible”.
Dejemos “que
Paraguayo Cubas se cague sobre los
jueces”, total toda la sociedad esteña que mira estupefacta por lo que hizo,
está “más cagada que palo de gallinero”
y no hace nada para sacudir a “los que
los cagan”.
Para cerrar, les dejo esta reflexión de Silvero que dice:
Protestas a favor del aborto. |
“Es mucho más fácil estigmatizar y así controlar los cuerpos que cambiar
el estado de injusticia y otorgar dignidad en igualdad de condiciones. Si la
mácula se gestiona desde un lenguaje de relaciones donde el punto central es el
hecho de desacreditar al “otro”, de esa manera se logra un dominio sobre su
cuerpo.”
Al final “estamos todos cagados de miedo”.
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