POR SALVATORE BRIENZA
“Podés tener la mejor cámara de TV, el mejor micrófono
de radio
o la más potente computadora en el diario,
pero si no tenés contenido en el cerebro, no te sirve de nada.”
Nelson Zapata, Director del Diario Regional Vanguardia
Unos días atrás, en la reunión
de organización de la Semana del Periodista, al momento de proponer nombres de
periodistas para ser entrevistados, aparentemente, uno de los alumnos propuso
mi nombre como uno de los periodistas a ser destacado. Democráticamente, fui
vetado por uno de los docentes de la Facultad de la Filosofía de la Universidad
Nacional del Este, responsable de organizar
ese acto protocolar. El argumento que
sustentaba tal propósito, según me dijeron, era que “no tenía experiencia” y
que no formé parte del plantel de “los
grandes medios”.
No sabría decirles si
fue tal cual me comentaron; pero, lógicamente, no dejo de pensar en esos dos
elementos, que –me entero ahora- deben formar parte de la formación de los
estudiantes de periodismo para ser considerados profesionales, la “experiencia”
y los “grandes medios”.
Recuerdo muy bien, que
en la cartilla de presentación de la carrera de Ciencias de la Comunicación estaba
escrito más o menos así: “El Egresado podrá desempeñarse hábilmente en los
Medios de Comunicación” e incluso, decía “podrá desarrollar con visión estratégica
la comunicación corporativa en las grandes empresas”. Ese era el perfil que,
entre otros, invocaba la imagen de los egresados de la carrera. Y, lógicamente,
invitaba a la inscripción masiva de las personas que accedían a esos folletos,
o “flyer” como se dice ahora.
Al cursar la carrera,
no sólo me sentía preparado para enfrentar el mundo laboral comunicativo, sino
que gracias a ese sueño de ser “visionario” que me ofrecian, en Junio del 2008, creamos el blog
ÑACURUTU NEWS, cuya primera publicación, en julio[1],
ya indicaba el estilo que utilizaríamos durante toda la carrera. Este nuevo
medio no era más que la continuación de los primeros estadios de comunicación,
que empezamos como “boletines Ñacurutu”[2]
y que colocábamos en los franelógrafos del Consejo de Delegados de la Facultad,
que por iniciativa estudiantil, lo usábamos para informar.
Estamos hablando, prácticamente,
de hacer comunicación como en los tiempos del feudalismo, donde los “comunicadores
o pregoneros” iban hasta los pueblos a llevar la noticia impresa en un papel
(Bandos) y clavar en las puertas de las iglesias o en un poste ubicado en la
plaza central de la aldea y en último caso, con voz potente, leer a los
analfabetos las noticias, decretos y resoluciones, sean estos del Rey o
autoridades de aquel momento.
Ese aprender todos los dias llevando adelante el proyecto comunicativo me hizo comprender que lo único que el periodista tiene para ofrecer es “su trabajo y la ética”.
En el periodismo,
podemos tener amigos y enemigos en el poder, pero no podemos dejar que, como profesionales,
afecten a nuestros sentidos si tenemos objetivos en la vida. Personalmente, uno de esos objetivos, era el de “cerrar un
circulo” teniendo un título profesional y honrar la beca que me concedieron
para estudiar. Nunca pensé, que la pasión por la información, la fuerza que
tiene un individuo informado y por sobre todo, la posibilidad de colaborar para
informar, educar y entretener a la sociedad, me llevase a emprender con mayor
fuerza mis proyectos. Descubri que la responsabilidad del periodista va más allá
de su visión del mundo, sino a la inversa, es el mundo que nos hace
visionarios.
Reconozco que mi “experiencia”
es tan sólo de haber trabajado en varios medios radiales, haber escrito
centenares de artículos en el Ñacurutu News, haber colaborado como
editorialista de algunos medios, tanto regionales como nacionales, y que, por
argumentos en mi contra, me deja en situación de desventaja con relación a
muchos colegas que trabajan en “grandes medios”.
Debo reconocer, que durante
mi formación, no teníamos los elementos tecnológicos (Smartphones con cámaras, audio
e internet a full) que hoy tienen los
estudiantes y que pueden disfrutar de la experiencia de ser autores, editores y
directores de sus propios medios digitales. Antes que nosotros, y lo sabíamos,
los que se formaron en periodismo (incluidos los docentes que me vetaron) no tenían
ni siquiera un verdadero micrófono o un remedo de cámara filmadora, simulaban
con “biromes y cajas de zapato”.
Pero toda esta realidad
me lleva a la frase que encabeza este texto. No importa el elemento de
comunicación, lo importante es el contenido que se tiene en la cabeza.
Hoy, la Facultad del Filosofía
(UNE), promociona la carrera de Ciencias de la Comunicación[3]
estableciendo que el egresado “posee conocimientos adecuados de los códigos de comunicación para
potenciar aptitudes, para crear, producir, elaborar, difundir creatividad, de
modo a cumplir con eficiencia y eficacia su papel de facilitador social” y por
otro lado, “maneja instrumentos técnicos adecuados a las necesidades de
distintas formas de comunicación verbal, visual, auditiva, mediática y
multimedia, con solvencia profesional y creatividad suficiente” lo que me deja
contento, de haber salido con lo mínimo que podía ofrecerme en su tiempo.
No puedo dejar de mencionar que, muchos docentes han influido en mi
formación académica, no por llevar adelante los procesos y esquemas establecidos
en los programas y planes de las materias, sino por la capacidad que ellos tenían
en discutir y desarrollar pensamiento crítico. Esas horas de “Análisis” y por
sobre todo, de debate me hizo comprender que “la libertad de expresión y la ética
es lo más sagrado que debe cuidar un periodista”.
Es por ello, que a días de haber visto a algunos de mis “ex - alumnos”
egresar de la carrera, espero que puedan honrar la profesión y tengan una “actitud
ética” que contribuya a fortalecer nuestra profesión. Y si les invitan a formar
parte del plantel docente de la Facultad de Filosofía, no se olviden de enseñar
“críticamente la realidad” (incluso en la facultad) e impulsar “su eventual transformación en el sentido más
adecuado a los intereses colectivos” (de los alumnos).
Finalmente, debo señalar que para ser Periodista es importante ser coherente con el discurso, la visión crítica y por sobre todo, ser
responsable de cada uno de nuestros actos ante la sociedad. Que no necesitamos
estar en un “Gran Medio” para ser Periodistas, y la “experiencia” se hace cada
día, incluso, durante la carrera.
FELIZ DIA
A TODOS LOS COMUNICADORES
No hay comentarios:
Publicar un comentario