Por Salvatore Brienza
En un video[1] Jaime
Durán Barba[2],
considerado un “Gurú” del Marketing Político[3],
daba a entender que existe un “Círculo Rojo” que está formado por “el 10, 15 hasta el 20% de la población que está
o cree estar muy informada, hablan de política, creen en la izquierda o la
derecha…, y cosas así”. Por el contrario, “hay un 80% - nos dice Durán Barba- al que no le importan nada de
eso”.
Esto me recuerda al “Principio de Pareto y su proporción 80-20” que
habla de que la “sociedad se dividía
naturalmente entre los «pocos de mucho» y los «muchos de poco».[4]
Durán Barba nos indica es que “la percepción que se tiene de la política está relacionada directamente con una minoría, que incluye no sólo a los referentes políticos, partidos o movimientos sociales, sino también a los intelectuales o personas que influyen, toman o deciden a través de sus opiniones por la mayoría.”
Este hecho se ve, constantemente, en las redes sociales donde un alto porcentaje de los que participan en un debate especifico, también aparecen en otros foros criticando o estando de acuerdo con tal o cual postura.
Durán Barba nos indica es que “la percepción que se tiene de la política está relacionada directamente con una minoría, que incluye no sólo a los referentes políticos, partidos o movimientos sociales, sino también a los intelectuales o personas que influyen, toman o deciden a través de sus opiniones por la mayoría.”
Este hecho se ve, constantemente, en las redes sociales donde un alto porcentaje de los que participan en un debate especifico, también aparecen en otros foros criticando o estando de acuerdo con tal o cual postura.
¿Es éste el reflejo de intención de votos de la sociedad? Teniendo en
cuenta que Pareto indicaba que “un 20%
refleja las intenciones del 80% restante”.Teniendo en cuenta estas reflexiones, me quedo pensando en la situación
política actual.
Desde el inicio de este periodo democrático, venimos asistiendo a unas
discusiones por demás inútiles, donde se piensa que son los medios, sus
propietarios o las encuestas, quienes deciden las candidaturas o las
postulaciones a tal o cual cargo en el gobierno.
Los medios de comunicación, desde que la imprenta permitió la impresión
de las noticias de manera más independiente a los poderes políticos, siempre
fueron estigmatizados por detentar el, supuesto, poder de destruir, inventar e
incluso, poner un Presidente según su línea editorial o los valores de las
clases dominantes.
Estoy de acuerdo en que ese “Círculo Rojo” del que nos habla Duran Barba, trabaja una línea de pensamiento más informada, que guste o no, pueden exagerar tendencias, imponer discursos e incluso, estigmatizar candidatos. Pero también, dentro de ese mismo 20%, hay intelectuales, periodistas y políticos, que están en desacuerdo con las líneas editoriales de los Medios de Comunicación, siendo un contrapeso a las mismas.
Estoy de acuerdo en que ese “Círculo Rojo” del que nos habla Duran Barba, trabaja una línea de pensamiento más informada, que guste o no, pueden exagerar tendencias, imponer discursos e incluso, estigmatizar candidatos. Pero también, dentro de ese mismo 20%, hay intelectuales, periodistas y políticos, que están en desacuerdo con las líneas editoriales de los Medios de Comunicación, siendo un contrapeso a las mismas.
Otro de los puntos, aportados por Durán Barba es que “La gente no vota a alguien que no conoce”.
Esto lo vimos en estos últimos tiempos, con mayor virulencia, al ver que
sectores políticos, históricamente militantes, invitan a ciudadanos que proceden de la farándula, el deporte e incluso, el
periodismo o la religión. Este fenómeno, no es extraño, ni tampoco es exclusivo
de nuestro país o los países latinoamericanos. En Estados Unidos, Donald Trump
es el ejemplo más cercano y no perteneciente al ámbito político, que termina
siendo electo, en contra de las encuestas y los Medios de Comunicación más influyentes de
Estados Unidos tenían previsto.
Duran Barba dice que “un
candidato, para intentar ganar, uno debe de tener sobre el 90 o 95% de
conocimiento por el elector”, pero agrega que “si eres muy conocido, pero tienes mucho rechazo, estas en el horno”.
Este es un detalle significativo, que viene a colación con candidatos
que no son “militantes activos de la política partidaria” y que hoy son Precandidatos
a Presidente de la República.
Este hecho, “ser conocido, pero rechazado” es el estigma que tienen
muchos de los “outsiders” que se presentan para ser candidatos.
En conclusión, el "descreimiento de la clase política", es un
mal que abarca sectores de derecha, izquierda e incluso, conservadores. Este descreimiento
es consecuencia de que ese
“Círculo Rojo”,no es permeable por los discursos grandilocuentes de los politicos; y por el
contrario, son críticos ante las evidentes contradicciones que se dan en el ámbito de la praxis y la ética política. Y aquí, los hechos dicen más que las palabras.
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