Por Salvatore Brienza
Una escena
que muy pocos en el Paraguay pudieron dar como cierto es “la marcha del Ku Klux
Klan” en la Plaza Uruguaya el día martes 24 de octubre.
Cuando la
información empezó a correr por los medios, nadie le dio la nota de seriedad. La
mayoría entendió como un sarcasmo, burla e incluso, como un “humor negro”
frente a la presencia de “supuestos miembros
del KKK”.
Algunos,
entre los que me incluyo, no dejamos de quedar preocupados, porque nuestra
sociedad es muy propensa a dejarse influir por estos grupos fanáticos, xenófobos,
antisemitas, radicales y por sobre todo, violentos. La presencia Nazi, es
ampliamente conocida, incluso por ser el Paraguay un refugio de “criminales”
que huyeron de Alemania, encontraron protección y por sobretodo, reconocimiento
en nuestro país. Recordemos que el “héroe de la Luftwaffe, Hans Rudel era
piloto personal de Alfredo Stroessner”.
Por otro
lado, existieron en el país grupos radicales en los partidos políticos, para
citar solo uno de ellos los “guiones rojos”, o el actual EPP que nació en un
partido político. [1] Tan
solo este hecho histórico, ya revela nuestra afición a los grupos fanáticos.
Pero esta
introducción es para otra cosa.
Lo que NO me sorprende es que ante la presencia de los “supuestos miembros del Ku Klux Klan”, la policía no apareció.
Lo que NO me sorprende es que ante la presencia de los “supuestos miembros del Ku Klux Klan”, la policía no apareció.
Así como no
reaccionó cuando el PCC, sitió y sometió al terror a Ciudad del Este durante el
asalto a la firma Prosegur. Como no reacciona cuando hay asesinatos por “sicarios
del narcotráfico”, cuando es asesinado un “periodista o dirigente campesino”.
Unas fuerzas
de seguridad que solo sirven para “extorsionar y pedir coimas en las rutas del país”.
Donde los delincuentes saben a cuál “comisario pagar” para que no se les
moleste cuando ellos van a “hacer fiesta”.
Desde que asumió
Horacio Cartes, tenemos más de 4 secuestrados de manera simultánea por el EPP y
2 secuestrados en la zona de Nueva Toledo, e involucra a un menor. Una señora
que vendía sopa frente a su casa, es asaltada a la vista de todos.
Un niño
muere en un ataque de sicarios en plena capital del país…, y no es la primera
vez que sucede este tipo de delitos en Asunción.
En la cárcel,
se le tiene a uno de los hombres más peligrosos del narcotráfico. Se dice, que
fue detenido no por la inteligencia de la policía, sino por orden del propio ejecutivo.
Se cuenta,
que un poderoso narcotraficante del km 8 está preso no por narcotráfico, sino
por haber financiado la campaña de cierto dirigente colorado esteño.
Se cree que todos estos ajustes de cuentas en el narcotráfico tiene un enemigo común cuyo poder, por el momento, es superior a todos y que también está metido en el negocio.
Se cree que todos estos ajustes de cuentas en el narcotráfico tiene un enemigo común cuyo poder, por el momento, es superior a todos y que también está metido en el negocio.
Hay un juicio oral en andamiento, donde el
procesado es el Ex – intendente de Ype-hu, apadrinado por una Diputada
Colorada. Cuantos casos de políticos detenidos transportando drogas.
Muchos, no todos, de los que en este momento se candidatan, tienen nexos con el narcotráfico, no por ser traficantes, sino porque tienen financiación de los “capos mafiosos”.
Muchos, no todos, de los que en este momento se candidatan, tienen nexos con el narcotráfico, no por ser traficantes, sino porque tienen financiación de los “capos mafiosos”.
Esta es la sociedad
que “los terroristas sueñan”. Una sociedad metida en sus casas, mientras ellos
son dueños de las calles. Es importante que empecemos a pensar y elegir mejores
autoridades.
Se dieron cuenta que no tenemos opción? Algunos políticos y los delincuentes conviven bajo el mismo techo, tienen los mismos negocios y, mutuamente, se apoyan.
Se dieron cuenta que no tenemos opción? Algunos políticos y los delincuentes conviven bajo el mismo techo, tienen los mismos negocios y, mutuamente, se apoyan.
Y la policía?
Sigue sin reaccionar.
[1] Recordemos
que el historiador norteamericano Charles J. Kolinski, citado por Thomas Wigham
en su libro sobre la guerra grande, refiere que el norteamericano James Manlove,
brazo derecho de Nathan Bedford Forrest, fundador del Ku Klux Klan quiso ser “un
corso oficial” en la época de la Guerra contra la Triple Alianza. La intención
no prospero, aunque tuvo buena aceptación por Madame Lynch y otros asesores del
Mariscal. Esta pudo haber sido, una primera intención del Klan para instalarse
en el país.
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