Por Salvatore Brienza
(Desde el Manorá de Augusto Roa Bastos)
Un año de elecciones generales para Presidente de la Republica.
Los candidatos a Presidente de la Republica son por la Asociación
Nacional Republicana (Partido Colorado) Mario Abdo Benítez (h)/Hugo Velázquez y
por GANAR (Gran Alianza Nacional Renovadora)
Efraín Alegre (PLRA)/Leonardo Rubín (Frente Guazú).
Sin embargo, la posibilidad de repetir los resultados de las
elecciones del 2008, es imposible.
A pesar de la excesiva confianza que demuestran los opositores, hay
una sensación de que la victoria será del colorado. El contexto político no es
el mismo y los candidatos no tienen el mismo perfil.
ANTES DE AYER
En el 2008, por la ANR estaba como candidata a presidenta la senadora Blanca Ovelar y como Vice Carlos
María Santacruz apoyados ambos por el entonces presidente Nicanor Duarte
Frutos. Salían de unas internas partidarias, donde el “abrazo republicano”
estaba en duda, desde la promulgación de resultados, que en todo momento se
decía era fruto de un fraude electoral.
En el otro sector, estaba la Alianza Patriotica para el Cambio (APC)
con el ex obispo Fernando Lugo cuya trayectoria, hasta ese momento, era
intachable y digno de imitar, gracias a su participación y discurso social en
la gran marcha contra la reelección presidencial y lo acompañaba “el flemático
y anodino” Federico Franco, del PLRA, cuyo soporte partidario en estructura y afiliados
garantizaba una victoria.
Desde la oficialización de ambas candidaturas, se hablaba de la “posible
derrota” del partido Colorado. Y así ocurrió.
Una carga extra
En filas coloradas, se hablaba de la megalomanía del presidente
Nicanor Duarte Frutos, quien no sólo violó la Constitución Nacional al
candidatarse como presidente de la ANR, estando en el ejercicio de la
Presidencia de la Republica sino que, habiendo sido Luis Castiglioni su Vicepresidente
y “posible sucesor” impone la candidatura de la entonces Ministra de Educación,
Blanca Ovelar. Esto llevó al partido Colorado a unas internas muy polarizadas
que dejaron secuelas en filas perdedoras.
AYER
En las últimas Elecciones Internas Simultaneas de Partidos,
Movimientos y Concertaciones políticas, realizadas el 17 de diciembre del 2017
el centro de las coberturas a nivel de Medios de Comunicación se realizaron
sobre las internas de la ANR y el PLRA.
Las internas de la ANR, con la victoria del movimiento Colorado
Añetete (Benitez/Velazquez) sobre el movimiento Honor Colorado (Peña/Gneiting)
trae alivio en carpas republicanas.
Ambas candidaturas venían con un objetivo común, la permanencia del poder
en manos de la Asociación Nacional Republicana.
Pero así como en el 2008, las realidades son diferentes en los
candidatos de la ANR.
Por un lado Santiago Peña, ex Ministro de Hacienda del actual Gobierno
de Horacio Cartes, afiliado al Partido Liberal, que viendo apeligrar su situación
laboral termina afiliándose al partido colorado, horas antes de la Convención de
Octubre del 2016 y posteriormente, impuesto como candidato del oficialismo
colorado por el propio Presidente de la Republica. Este hecho, confirmaba los
rumores de que el presidente Horacio Cartes manejaba una agenda propia, fuera de
lo institucional de la ANR y estaba usando el partido como un apéndice de sus
negocios particulares, manejados por sus gerentes, dejando de lado las “antiguas
y viejas prácticas prebendarias del partido”. Esto, incluso, dando una
apariencia de espíritu renovador y moderno.
Por otro lado, el candidato opositor al oficialismo, Mario Abdo
Benitez, hijo del ex secretario privado de Alfredo Stroessner, cuya dictadura
marco a sangre y fuego la república, se proclamaba el candidato de la dirigencia
colorada autentica (Añetete, en guaraní) con un discurso que reafirmaba volver
a las raíces históricas del partido dándole la oportunidad a los antiguos
liderazgos tradicionales del coloradismo.
HOY
Las cartas ya están sobre la mesa.
Por el lado republicano, Mario Abdo Benítez (h) se juega el futuro de
la ANR en el poder. Con un discurso más institucional, no alejado del tradicional
pedido de que los colorados voten a los colorados, pero enfatizando que no
habrá chances para la impunidad a los que perjudican a imagen del partido. Su
acercamiento al líder del movimiento Honor Colorado, el presidente Horacio
Cartes y cabeza de la lista de senadores por la ANR y el posterior “abrazo
republicano, lo deja posicionado como posible ganador de las generales del
2018.
Sin embargo, este último acto, hace presagiar la “fuga inminente de
votos” e incluso la abstención de muchos electores colorados que “no ven como
buen augurio el acercamiento al grupo de Horacio Cartes”. Los actos de corrupción de los anteriores
gobiernos colorados, las prebendas, y la sombra de la dictadura son la pesada
carga que se ciñen en todo momento sobre el candidato de Añetete.
Por otro lado, la alianza GANAR con su candidato Efraín Alegre (PLRA) y
su candidato a vice presidente Leo Rubín, buscan aglutinar a todos los sectores
de izquierda y afines a un cambio de en el modelo de gobierno.
Sin embargo, Efraín no logra unir a los liberales bajo la bandera
azul, porque sectores importantes de liberalismo siguen coqueteando con el
presidente Horacio Cartes (ANR) con quienes tienen afinidades políticas, económicas
e incluso afectivas.
En la izquierda paraguaya, que “teóricamente” lidera el Frente Guazu,
hoy resulta ser “un espacio político más mediático que participativo” y los innumerables
conglomerados personales de izquierda no son más que focos de discusión “anti
colorado”, “anti imperialista” e incluso “anti liberal” para luego terminar diluidos
en el escenario político relamiéndose las ganas de “volver al poder como en el
2008”.
MAÑANA
El primer cuatrimestre del 2018, será al 100% electoral. Fuera de la
ANR y GANAR, distintos sectores políticos y ciudadanos pugnarán espacios en
Gobernaciones, Senadores, Diputados y Concejalías Departamentales.
La ciudadanía en general, si no se preocupa en elegir, quedará
rezagada al plano de la acción de presentarse en el día de las elecciones a
votar por “el mal menor”.
El ciudadano de a pie tiene la percepción de que nada va cambiar. Que
todo esto no es más que la pugna de poder entre facciones del mismo cuerpo político,
incluida la izquierda paraguaya, y que todo volverá a la normalidad luego del 22
de abril del 2018.
Esperamos que haya un nuevo despertar ciudadano. No para ir a votar,
sino para ejercer acciones concretas para cambiar definitivamente el rumbo del país.
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