Por Tito Benítez
Amable
lector, el 22 de abril la puja electoral para presidente de la república será
entre Mario Abdo Benítez y Efraín Alegre.
Por un lado Mario
Abdo Benítez, es el candidato por la ANR, ganador de las internas partidarias
el 17 de diciembre, pero la contienda aún continúa. Así como la línea disidente
fue la mayor oposición al gobierno de Horacio Cartes. Parece ser que los roles
se invirtieron y los cartistas se convierten en la nueva disidencia para las
elecciones del 22 de abril. Además, la candidatura de Mario conlleva otros
riesgos como tener a varios “espanta –votos” tanto en la lista de senadores
como en diputados.
La pregunta
es, ¿Cómo Mario Abdo pedirá votos a
favor de Cartes, de González Daher y otros y cuando días antes del 17 de
diciembre daba un discurso diferente?. Ayer
pedía votos para desplazarle a Cartes y a su equipo de gerentes y hoy encabeza
su lista de senadores. Lo mismo sucede con
los senadores “marioabdistas”
quienes votaban para que González Daher
pierda su investidura de senador, siendo el peor de los castigos políticos como
consecuencia de unos audios que han comprobado, sobradamente, cómo usaba y abusaba de su condición de Presidente del
Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados. Hoy, Oscar González Daher se encuentra
en la lista 1 en el número cinco de los candidatos al senado.
Otro riesgo
importante para Marito dentro de la ANR son los caudillos regionales. Marito
puede caer en el mismo que juego que Santi Peña en las elecciones del 17 de
diciembre. Muchos Priorizaron las
candidaturas regionales dejando de lado al candidato presidencial.
Por otro
lado, le tenemos a Efraín Alegre. Candidato por la alianza GANAR, fruto de la
unión entre el PLRA, Frente Guasú y otros partidos más. Es la alianza más
grande que se tiene para una elección general. Uno de los riesgos, evidentes son las disputas
internas que tiene el PLRA. El enfrentamiento entre el efrainismo y el llanismo
que siendo de antaño, se hizo más patente en estos últimos cuatro años.
Llama la
atención que hoy se vean obligados a unirse, quienes ayer nada más acusaban al
otro de violar la constitución nacional.
Así también,
Efraím tiene en sus filas como candidatos al parlamento sospechados de
corrupción. Hasta el momento el PLRA no ha tomado una postura concreta sobre el
caso Carlos Portillo, denunciado mediáticamente traficando influencias.
Por último, en
la Alianza GANAR tampoco es de color de rosas. Dicha relación fue difícil desde
el 2008. Las disputas entre Fernando Lugo y Federico Franco fueron históricas.
Más que nunca se hicieron evidentes que un Vicepresidente además de representar
el ejecutivo ante el Parlamento, servía más para serruchar la silla del
presidente. Y Federico Franco lo consiguió.
En 2012 se
hizo más patente la división. Lugo llegó al poder gracias al PLRA, pero cae al
serle retirado el apoyo que tenía. Las acusaciones fueron sangrientas, sin
embargo hoy se encuentran unidos.
La campaña
de reelección presidencial que inició Cartes no sería posible si no fuera por
el apoyo del Frente Guasú. El sector que
más fustigó a Fernando Lugo de violar la constitución fueron justamente los
efrainistas. Sin embargo, hoy el Frente
Guasú se encuentra pidiendo votos a favor de Efrain-Leo Rubín.
En fin,
amable lector, hasta el momento no existe asidero real de que se quiera
construir la institucionalidad de la república. Esto da pie a pensar que la
política de la impunidad seguirá campante en los próximos años.
Hasta el
momento todos los candidatos están corriendo muchos riesgos. No se puede creer que la masa es acrítica.
Proteger a
personajes con historiales oscuros genera molestia y descontento en el electorado.
Sería muy tonto pensar que las redes sociales no constituyen una vía para
informarse pudiendo constituirse en un espacio de debate y análisis.
Aunque si
los candidatos continúan con sus errores, la ciudadanía tiene en sus manos
diversas herramientas la forma de expresar sus ideas.
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