Faltan menos de 40 días para las elecciones generales. Así
es, este 22 de abril no sólo decidiremos quién será el presidente, sino que se
hará entre los próximos 5 a 30 años en nuestro país.
No piense usted que la deuda externa que contrajeron los
últimos presidentes lo pagarán ellos. Nosotros, nuestros hijos y probablemente
nuestros nietos tendrán que pagar los errores y los aciertos de las autoridades
electas.
Lo llamativo es que ninguno de los dos candidatos a
presidente no pone en el tapete de la discusión muchos temas que nos afectan.
Lo mismo pasa con nosotros. La sociedad no está exigiendo
respuestas. Los debates y análisis de temas importantes deberían ser el tema
central de las campañas.
Sin darnos cuenta, no estamos discutiendo sobre el medio
ambiente. Veamos bien, faltando casi un mes
no sabemos cómo abordarán el tema del uso de la tierra, el cuidado de los bosques,
la contaminación del agua, del aire, la deforestación y reforestación, etc.
Tampoco estamos discutiendo sobre la educación paraguaya. Las
propuestas de los partidos no dicen qué haremos con la educación primaria, la
secundaria y menos aún la terciaria.
Cuestiones sencillas, pero a la vez importantes, tales como
la malla curricular que aplicaremos para el 2025. Qué nivel de formación deben tener
los profesores. Qué tipo de evaluación será aplicada para llegar a un nivel y
no tengamos los mismos resultados de hoy. Con ciudadanos analfabetos
funcionales que no entienden lo que leen.
Fuente: ABC Color |
Sin embargo, cada año sufrimos con tres cuestiones que
deberíamos superar hace tiempo: la llegada tardía de los kits escolares, las
escuelas y colegios que se caen a pedazos y el salario de los docentes.
Con la Universidad no hay conversación. Es el negocio
redondo de muchos políticos. ¿Nos hemos preguntado si las universidades
cumplen, por lo menos, uno de sus objetivos? ¿Qué tipo de conocimiento y
formación se aprende en una universidad pública? ¿Los alumnos egresan con las
herramientas necesarias para aplicar la ciencia en su lugar de trabajo?
No discutimos sobre la agricultura familiar, la situación de los indígenas, la seguridad, los problemas de los sin tierra, el desempleo y el sub-empleo, la violencia familiar, la corrupción y cientos de temas más.
No discutimos sobre la agricultura familiar, la situación de los indígenas, la seguridad, los problemas de los sin tierra, el desempleo y el sub-empleo, la violencia familiar, la corrupción y cientos de temas más.
Como ciudadanos, ¿Estamos analizando estos temas? No
señores, estamos discutiendo sobre el asado que se ofreció a los funcionarios
públicos en su día.
Quiero creer que estos temas se proponen con el objeto de
desviar la atención. Que nos distraigamos con cuestiones que, allá en el fondo,
representan la más absoluta superficialidad.
Pero hay un detalle, a un grupo importante le interesa que
estemos distraídos así pueden decidir cómo se repartirán el poder a partir de
abril.
Debemos asumir la responsabilidad de no estar exigiendo estos debates y no pisamos tierra. Estamos en el limbo. Mientras, seguimos discutiendo si estuvo rico o no el asado. Buen provecho.
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