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martes, 13 de marzo de 2018

ETICA Y REALPOLITIK

Por Virgilio Cantero

En Paraguay la política en gran medida, a lo largo de su historia, se ha desarrollado como un elemento pasional que aglutina a las masas. Las ideologías, los principios y fundamentos se constituyen en una especie de  ropaje legal que justifica cierto accionar; pero en sí, no constituyen elementos que establezcan un norte para sus afiliados.
En nuestro país la realpolitik es el verdadero factor de las movidas políticas, con la salvedad de que los intereses defendidos, casi siempre, no son los intereses de la nación, sino de grupos poderosos en constante relación de  fuerzas.
 La realpolitik es la política de lo inmediato, de lo coyuntural  teniendo en cuenta el entorno y los intereses de un país para establecer un equilibrio que permita la gobernabilidad y  la satisfacción de los intereses y deseos de los diversos actores, al menos así fue pensada en contexto de la Pre Primera Guerra Mundial.
Causa preocupación que los diversos actores políticos, enfrascados en sus luchas, deseos e intereses,  posterguen de una manera abierta la construcción de un proyecto político que realmente pueda beneficiar a los ciudadanos en general.

Desde el 2012, asistimos el marcado y rápido deterioro de las instituciones republicanas,  programado y ejecutado sistemáticamente por individuos con nula vocación política y con un alto desprecio por la institucionalidad.
A pocos días de las elecciones generales y analizando los intensos movimientos podemos constatar que todo al final se trata de posicionamientos estratégicos dentro del futuro esquema de poder, pero en definitiva no existen propuestas de gobierno y acciones a ser implementadas a favor de la ciudadanía
Todos se posicionan enmarcados en alianzas impensables y “abrazos imposibles”. 
La ética política en Paraguay es un mero elemento decorativo y discursivo al que se le puede encontrar “la vuelta” cuando la coyuntura así lo exige.
La victoria de Mario Abdo en las últimas internas del partido colorado se debe al discurso de rechazo al modelo cartista de gobernar. Un rechazo que comparte una amplia mayoría del electorado paraguayo, aunque en la actualidad el victorioso es absorbido por el derrotado. Una alianza estratégica teniendo en cuenta la estructura estatal como factor determinante para la victoria electoral.
Pareciera ser que las categorías y la lógica de los partidos tradicionales aún no se han actualizado teniendo en cuenta que el electorado paraguayo  ha desarrollado una mayor conciencia democrática. Ya en el 2008, contra todo pronóstico, se pudo vencer al partido colorado y en otras elecciones de menor rango la oposición pudo ocupar espacios que estaban en manos coloradas,  como es el caso de la intendencia de Asunción.
Los ciudadanos tenemos que seguir bregando  para que la política  no sea bastardeada por coyunturas espurias. La ética política, como materia pendiente, debe ser instalada para fijar el accionar político de todos los que estamos involucrados  en la construcción de un mejor país.

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