Por Juan Enciso
Yo no estoy a
favor del aborto. Y ¿cómo estarlo? si todos mis principios me dicen que la vida
tiene un valor incalculable y es intrínseco. ¿Como una vida se constituye en más
valiosa que otra? Tal vez, decide el más fuerte. Y vamos entonces a pensar, ¿desde
dónde consideramos que empieza la vida?
Este es un tema
candente en los últimos tiempos por la ola buscadora de libertades para la
mujer, y de protegerlas en ese acto tan dañino para la vida, tanto para la
mujer como para el embrión, que ya tiene la potencia de un ser humano, el cual es
siempre realizado en la oscuridad de lo clandestino.
Es una realidad
que nos interpela ciertamente, ya que, aunque esté penado por ley, de igual
manera conocemos casos de mujeres que se practican abortos por más leyes
positivas y morales establecidas que existan, son hechos que quedan impunes por
la poca capacidad de la ley para probar esos delitos.
Se presenta como
todos los males de nuestra sociedad, como un mal endémico que vulnera los
derechos primeros de los sujetos implicados. Y es ese uno de los argumentos mas
fuertes de los que están a favor, que el aborto sea seguro legal y gratuito ya
que con la prohibición lo único que se logra es que las mujeres corran mas
riesgos. Suena a una suerte del dicho “si no puedes contra ellos úneteles”. Pero
no niego esa realidad social que sufren las mujeres.
El estado como
ente regulador de las actividades de los individuos en la sociedad tiene como
fin el bien común, en dicha búsqueda se declara laico, sin religión, o sea que
no puede dejarse influenciar por dogmas o doctrinas externas, tiene que
legislar para el bienestar del pueblo. Y el estado se funda en principios, o
por lo menos los democráticos, Libertad e Igualdad principalmente, libertad
para elegir igualdad porque todos somos iguales ante la ley.
Y la libertad es
fundamental pues sin ella todos los otros estarían en vano, y por eso todos son
libres de hacer o no hacer. Ahora bien, eso no quita que el aborto sea un hecho
que atenta contra la ética. El derecho natural fuente inspiradora de todos los
sistemas de regulación en los conjuntos de individuos, de ahí surge la moral,
los derechos humanos y derecho positivo en general, en específico el derecho
positivo que es la representación más tangible del D. N, es lo que utiliza el
estado para ejercer su poder, hoy se ve desviado de lo que es su inspiración.
Pues olvidó otro principio fundamental para ejercer todos los derechos que es
la vida. Y esa vida, vida humana en potencia que va perfeccionándose, es
truncada y atacada. Se anteponen vida sobre vida, que son lo mismo en esencia,
por el simple hecho que una de ellas es superior en acto. Esto me lleva a decir
que el aborto no es algo para celebrar, no es un bien de la sociedad si no un
acto penoso.
Y en palabras de
uno de mis preceptores “El aborto es un mal padecido no un bien querido, lleva
implícita la vergüenza de matar a un inocente, no porque se despenalice
desaparecerá la clandestinidad ni será éticamente correcto”
La ley podrá
despenalizar o reglamentar determinadas acciones, pero no por eso será ético o
correcto para la moral.
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