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jueves, 9 de mayo de 2019

EL MONSTRUO QUE ESCUPE AZÚCAR

Por Salvatore Brienza

La posibilidad de reabrir la Azucarera Iturbe, que quizás ya no tenga el mismo nombre, y ojalá sus nuevos propietarios no sean nunca como los dueños que tuvo; genera expectativa en una comunidad que vivió unida al ingenio azucarero como dos hermanos siameses.
El cierre de la industria y la quiebra de la empresa, por motivos económicos y malos manejos administrativos y financieros, dejó al descubierto la vulnerabilidad de un pueblo que vivía sometido a los caprichos de empresarios inescrupulosos que no pagaban sus compromisos con el obrero, el productor y mucho menos con el estado, que le prestó mucho dinero para salir a flote.
Dedicados a mentir a sus clientes, contrabandear azúcar del Brasil para reembolsar con la marca de Azucarera Iturbe era por todos conocido, pero "el silencio del obrero en la fábrica era el pan sobre la mesa para sus hijos".
Esta posibilidad, de ver resurgir "el monstruo que escupe azúcar", que sus trapiches vuelvan a exprimir el jugo de las cañas de azúcar, que las grúas no paren de bajar materia prima, que los choferes formen fila para ingresar a descargar sus productos, que nuestros padres/obreros, muchos de ellos ya partieron, querrían escuchar  el sonar de la sirena que indica el cambio de turno.
Es una esperanza que se ve en el horizonte, pero que nos exigirá mucho más que antes.
Abrir el ingenio azucarero exigirá mano de obra calificada, una apertura a nuevas tecnologías y por sobre todo, un nuevo modelo de desarrollo con la ciudad.
Los productores de caña, deberán aprender a utilizar nuevas herramientas de cultivo, labranza y cosecha. Deberán olvidar el modelo antiguo de siembra para "adecuarse" a los nuevos tiempos.
La ciudad deberá mirar al ingenio azucarero como un monstruo que puede alimentar familias, con la venta de sus productos terminados.
Pero así como los dragones de las fábulas, si nos descuidamos puede devorarnos con su fuego de dolor y angustia.
Así fue en el pasado y esperemos que no se repita en el futuro.

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