Por Salvatore Brienza
"La masonería es una institución, esencialmente, filosófica, filantrópica y progresista” dice el concepto básico que uno aprende leyendo los libros que se encuentra al alcance de todos.
"La masonería es una institución, esencialmente, filosófica, filantrópica y progresista” dice el concepto básico que uno aprende leyendo los libros que se encuentra al alcance de todos.
Sin embargo,
en los últimos tiempos, “La Orden”
como se conoce a la masonería entre sus miembros, se ha convertido “el chivo expiatorio”, quizás con culpa
o no, de los problemas que se tienen, no sólo en el ámbito político, sino también,
y principalmente, en el ámbito Judicial.
El problema
entre el intendente de Ciudad del Este y la empresa Ita Paraná no es la masonería,
sino la corrupción.
Toda la república
sufre el mal de la corrupción.
La masonería
es uno más de “los poderes ocultos”
que operan detrás de la Real Politik.
Es así que muchas
otras instituciones, más visibles que la masonería, como son las iglesias, sean
católicas o evangélicas, los movimientos y sectas seculares y por sobre todo
las mafias internacionales, tienen la misma o más influencia que la denominada “Orden”.
La corrupción
con la que se maneja el poder judicial, transciende el poder de todas estas
instituciones porque está enquistada en la punta de la pirámide.
La propia
Corte Suprema de Justicia sufre del mal de la corrupción y mientras no haya una
depuración total, nunca podremos salir de este callejón que por el momento es “sin salida”.
La corrupción
es un mal endémico que está empotrado, incluso en la sociedad toda.
“Los
jueces corruptos, ¿de donde salen?..., del planeta saturno!!!..., Nooo!!!!!,
salen de la misma sociedad” decía un amigo.
Pero, ¿qué
los hace llegar al cargo de juez o fiscal?. Es el mismo sistema de promoción
que luego se hará “servicio de atención preferencial” en el sistema judicial, esa
es la corrupción.
Tanto en el Poder
Judicial como en el ministerio público, casi nadie llega a juez o fiscal por méritos
propios. Siempre es gracias a un amigo, al lobby con algún diputado o senador o
por medio de la institución a la que uno más haya ayudado, sea esta la iglesia,
el club de amigos o la secta evangélica.
La masonería,
en nuestro país, dejó de ser aquella sociedad donde se respiraba “Libertad, Igualdad y Fraternidad”.
Hoy, es solo
un club de amigos o una “logia de tragos”, salvo raras
excepciones, y que gestionan, en algunos casos, la corrupción de este país.
La masonería
dejó de ser “filantrópica y progresista”,
porque hace tiempo se volvió “fanática,
ignorante y traidora” a su propio Código Masónico.
Como en toda
actividad humana, hay excepciones y son contados “los hombres y mujeres” que conforman la masonería que están exentas de haber caído en la corrupción.
Esperemos que aquel viejo
principio masónico que dice “Ten siempre tu alma en un estado puro para parecer
dignamente delante de tu conciencia” se vea
reflejada en las acciones de los verdaderos Hijos de la viuda.
Solo
así, desbastando y puliendo nuestras imperfecciones es que podremos algún día decir
“que la masonería ha hecho su trabajo
vivificador”.
1 comentario:
Para que comentar si ya me avisan que me van a sensurar ????
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