Por Mauricio Lefebvre
Esto es apenas un análisis que busca entender la conducta desde ciertas lecturas críticas que uno hace a través del tiempo.
Para analizar el comportamiento de los líderes de la LPU, solo podemos partir desde un análisis de la forma de pensar de su Pastor y Líder Espiritual.
Para ello debemos entender lo que sucedió en la Iglesia Catolica.
Y para entender esto debemos analizar qué posterior a la Segunda Guerra Mundial la sociedad entera ha cambiado. De hecho ya fue cambiando drásticamente en procesos más cortos.
Antes se esperaban miles de años para cambiar. Después siglos. Y luego solo décadas. Hoy solo se esperan años para que haya un cambio generacional.
La iglesia se vio obligada a reflexionar y uno de los resultados fue la de llevar a cabo un Concilio que, digamos, reconfigure la presencia de la religión católica en el mundo.
El Concilio Vaticano II fue la puerta de "aggiornamento" a la sociedad posmoderna.
El problema es que hubo un quiebre en la iglesia liderado por Lefebvre. De esa rama surgieron, lo que hoy llamamos, los ultraconservadores.
Ellos creen que la iglesia debe volver a tener el dominio total de la población. Un dominio del cuerpo, de la mente y, por ende, de las acciones de los humanos en la sociedad.
Buscaron en la historia, la bisagra que rompió ese lazo entre Iglesia y Estado, y encontraron que fue en la Revolución Francesa.
Aunque, en realidad fue un poco antes, el cambio ocurrió al inicio del iluminismo, principalmente, dentro del concepto de libertad.
Es por ello que buscan volver a la Edad Media dónde existía una sola verdad, una sola iglesia, una sola sociedad, una sola patria (en este caso la patria).
El concepto de libertad individual, muy discutida entre los filósofos del Renacimiento, donde consideraban que no era la iglesia la que debía regir el pensamiento de la sociedad sino la razón, era el punto principal de ataque de la iglesia durante esos tiempos.
Esas ideas, que hoy conocemos que son la fuente del iluminismo, consideraban que la razón es la que guiaría a la sociedad. Y ésta debe estar apartada de la fe.
Si se aparta de la fe, también el estado, como ente racional, debe apartarse de la iglesia.
La forma que consiguieron que la iglesia se separase del estado fue mediante la Revolución Francesa donde se fundan las repúblicas y se eliminan las monarquías.
Las monarquías siempre fueron influenciables. Era simplemente a través del derecho divino y de influencias prácticas en las familias reales de la época. Así controlaban a toda una nación.
Eso se quiera con la República porque la masa inicia un proceso de racionalización independiente al poder de la iglesia.
Dentro de esa racionalización surgen los partidos políticos que son los que, a base de pujas electorales y programas políticos, aplican lo que ellos consideran necesario y correcto para la sociedad.
La crisis que sufre la sociedad, posterior a la Segunda Guerra Mundial, dónde ya no depende de la influencia directa de la religión, y de cierto modo, de las normas de una sociedad que considera que no existe una sola verdad y una sola visión. Al contrario, cada uno puede construir desde su subjetividad, es lo que hoy interpretámos como una realidad subjetiva.
Esa cosmovisión totalmente posmoderna lo deja fuera del poder a la iglesia, de su vida, de su entorno y de su poder pastoral de la sociedad.
Lo que hacen entonces los ultraconservadores es intentar retomar los hilos de la sociedad mediante discursos totalmente conservadores.
Y para ellos salen a participar de la vida social y política de la sociedad.
Es decir, en Alto Paraná con la presencia de un obispo como Livieres Plano o de los religiosos en la fafi, debemos interpretar que no es pura coincidencia. Ellos tienen objetivos bien claros.
Programas y estrategias de dominación de masas bien definidos. No son tontos, pudiendo parecerlo. No están perdidos, saben el camino que deben seguir. No es que no puedan entender, al contrario, entienden muy bien. Y saben lo que buscan.
Ellos buscan poder, porque lo perdieron. Y buscan con ese tipo de discursos. Recuerden lo que ocurrió en el 2015 y posteriores años, pudieron armar una red de fanáticos, casi locos, que tirotearon hasta más no poder utilizando discursos maniqueístas tales como "hay gente buena que son ellos, y hay gente mala que son los vándalos".
Para ellos solo sos bueno, si mantenes sus prácticas y costumbres. Deben controlar sus cuerpos, usando cadenas o largas faldas y el pensamiento con reproches y castigos. Y para ellos, los que no comulgan con sus ideas son todos monos, comunistas, vandalos, burritos, ignorantes, gays, etc.
"Los que no aceptan serán denigrados. Los que sí aceptan serán salvados". Es una herramienta más del poder que reconquista cierto espacio que va más allá del electorado, es el pensamiento medieval.
Si me preguntan si están locos. Sí, están locos. Solo que unos locos con estrategias bien definidas. Cómo los nazis.
El hecho de que ellos critiquen, no significa que ellos sean coherentes. Es un discurso de boca para afuera nada más. Y más todavía en el siglo XXI.
Y el discurso es tan incoherente como despotricar contra los abusos, pero tener en sus filas y protegido por la congregación a Urrotigoity. Un sacerdote acusado de pedófilo y pederasta.
Qué pasó con el arzobispado de Boston o en México con los legionarios de Cristo?
Creo que eso amerita otra reflexión.
Su forma de castigo es inquisitorial. Porque la inquisición conlleva que hay una sola verdad, una sola religión, una sola nación con sus propias costumbres. Es una forma de violencia metafísica que impone. Para ellos, apoyar, incluso con mentiras, el sumario no fue otra cosa que un sometimiento inquisitorio. Así de simple.
Y más que un mensaje para los sumariados, fue un mensaje para los otros estudiantes. El mensaje es claro. "Si te haces del revoltoso, terminarás como ellos".
Así, expusieron los cuerpos indefensos en el cadalso de la FAFI.
Por ello, la frase "Calladitos se ven bonitos" era por supuesto la forma de dominación. De castigo. Bien conductista. Ejemplar para todos.
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