Por Salvatore Brienza
El pedido de la Ministra Gladys Bareiro de Módica para que en todas las oficinas públicas, dependientes de la Corte Suprema de Justicia se coloquen imágenes de los ministros, es una costumbre muy arraigada en nuestra sociedad.
Es casi normal, ver en los ministerios, aduanas u oficinas públicas la imagen de los gobernantes de turno, los gobernadores o intendentes.
Y es cierto que en las oficinas de la Justicia no se ven las imágenes de los Ministros de la Corte.
Supongo yo, que por algo la Diosa Astrea tiene una venda. Una venda para no ver "a quién" le está aplicando la justicia. Para ser imparcial.
Pero vayamos al otro lado. La venda también le sirve a la Diosa, para no ser identificada. Para no ser juzgada por quien fue sancionado. Para mantener el anonimato.
Sin embargo, la actitud de la Ministra Bareiro de Módica es exactamente lo contrario. Ella quiere ser reconocida. Ella quiere ser admirada. Ella quiere ser endiosada.
Ella quiere que se sepa quién es "la ministra".
Es el culto a la personalidad que tanto nos gusta a los paraguayos.
- Che la comisario.
- Ha ndengo la comisario - dice el músico que llevó la "Serenata sin permiso" en la genial obra de Kemil Yambay que refleja todos los sentidos del ser paraguayo frente a la autoridad. Por un lado, no respeta la figura de la ley, pero una vez "pillado", utiliza todas las mañas para asociarse y recibir la bendición del que manda y poder seguir con su fechoría.
Así también funciona la mente de la Ministra, quiere ser reconocida para poder ejercer ese poder que le está reservado por su "don de autoridá".
Es el poder que quiere ser reconocido, admirado, temido.
El Guasón, uno de los enemigos de Batman, es un personaje histriónico. Mezcla de humorista-histérico, sarcástico, exagerado, teatral, narcisista y violento "in extremis".
No sé porqué pero la imagen de Bareiro de Módica me recuerda al Guasón en todos los sentidos.
Es para temer en serio.
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