Dos hechos sucedieron en estos días en redes sociales que tienen el mismo impacto, pero con diferentes repercusiones.
Por un lado, el vídeo del cumpleaños de una conocida modelo, donde se le ve al Ex-Vice Ministro de Salud participando y compartiendo sin las medidas de protección adecuadas y recomendadas por el propio Ministerio de Salud Publica y Bienestar Social para todos los demás habitantes de la república, y culminó con la renuncia del mismo Vice Ministro al cargo que ocupaba.
Por otro lado, un vídeo de unas niñas haciendo una presentación sobre el folclore y los mitos guaraníes, terminó con memes de una de las participantes que no solo representaban a uno de los seres mitológicos, sino que la propia captura de imagen termino viralizándose en las redes sociales.
Es bien sabido que el impacto de Facebook, Whatsapp, Twitter, Messenger o Instagram es muy fuerte en estos tiempos de pandemia.
Pero mi reflexión va por el lado de la responsabilidad que deben asumir quienes divulgan imágenes, audio o vídeos, que deberían de permanecer en el ámbito privado, sin el consentimiento de los participantes.
Mi intención no es defender, ni atacar a nadie.
Pero estos dos hechos me hacen reflexionar sobre la responsabilidad que tienen los que comparten imágenes de niños o adultos que, aunque parezcan graciosos, en muchos casos atentan contra la privacidad de los que aparecen en los materiales.
Ya circularon vídeos, mucho antes que existiera Facebook o Whatsapp de conocidas modelos con sus parejas o amigos ocasionales, siendo uno de los mas famosos casos en el que la "victima" (podemos llamarla así) tuvo que ir a vivir a otro país para rehacer su vida.
Compartir vídeos, fotos o audios es normal en la sociedad pero, en muchos casos, hacen daño a las personas involucradas.
Sin embargo, la filmación o grabación a funcionarios públicos o autoridades nacionales, deben estar supeditadas al ejercicio del periodismo, siempre y cuando, dichos materiales revelen que esas personas están cometiendo delitos de acción penal publica. Es decir, hechos de corrupción, trafico de influencia e incluso, extorsión o soborno de y a funcionarios públicos o, como en el caso del Ex Senador Oscar Gonzalez Daher, donde grabaron las conversaciones a través de un teléfono preparado a tal efecto.
Y aquí va el otro punto de mi reflexión.
Quién le da derecho a alguien a filmar, fotografiar o grabar, y luego difundir el material a otros grupos o subirlos en redes sociales con fines recreativos?.
Es bien sabido que algunos países regulan, a través de códigos de ética periodística, la divulgación de materiales con fines periodísticos o recreativos, estableciendo castigos y penas a quienes infringen estas normas.
Por ultimo, no debemos olvidar que las redes sociales son herramientas interesantes para la interacción social, la reflexión comunitaria o la libertad de expresión.
Sostengo, que las redes sociales nos permiten expresar todas nuestras frustraciones, nuestros deseos o pensamientos, cuando antes era necesario o publicar en un periódico o llamar a las radios para expresarnos y en algunos casos, escribir cartas para hacer llegar nuestras inquietudes.
Me adhiero a la idea de Voltaire, que expresaba "no estoy de acuerdo con tus ideas, pero defiendo tu sagrado derecho a expresarlas", y agrego, "siempre y cuando no exponga a nadie al escarnio y la burla".
Ya lo dijo el filólogo y escritor Umberto Eco: "las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban solo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a nadie. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas".
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