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viernes, 30 de septiembre de 2022

EL DIALOGO QUE ME PERMITE RECONOCER AL OTRO

 

Por Tito Benítez

Si me preguntan cuál es la característica más importante del ser humano que le permitió sobrevivir y convivir respondería que es la capacidad del diálogo.

Para que existamos necesitamos del otro. Para aprender necesitamos del otro. Para convivir necesitamos congeniar ideas, hacer pactos de convivencia, construir en conjunto un espacio común como la casa, la iglesia, la plaza, la escuela requiere de diálogo.

No existo YO si no existe otro u otros que acordaron permitir mi existencia. Para aprender  a caminar, a hablar, a vestirme, a comer, a leer, escribir, hasta para morir necesito del otro. Varias de las competencias que hoy puedo demostrar son porque alguien tuvo que dar de sí, su tiempo y su conocimiento para que yo desarrolle dichas destrezas y habilidades. Somos en definitiva seres sociales en constante construcción.

El diálogo que permite descubrir al otro

Ahora, un detalle, el diálogo como capacidad que se desarrolla requiere que se convierta en una propuesta. Así es, el diálogo se propone, no se impone. El diálogo se construye con el otro.

Aquel que piensa que el diálogo es imponer sus ideas se equivoca. Eso es un monólogo. Donde uno (mono) expone sus palabras, ideas (logos). Por eso, la característica del diálogo no es la capacidad de hablar, sino la de escuchar.

Mediante la escucha uno reconoce la existencia del otro, como tal, sin prejuicios, sin menoscabos, con sus ideas y su propia cosmovisión. Y quizás, en la mayoría de los casos, diversos a las mías.

YO-TÚ-NOSOTROS

Así como yo tengo muchas ideas que me gustaría expresar. El otro también lo tiene. Quizá venga con su historia personal, su religión, sus costumbres, su formación, sus prejuicios y sus inseguridades. El desafío del otro también mediante la capacidad de escucha. Seremos dos seres predispuestos a escuchar, antes que hablar.

La  capacidad de escuchar es lo que nos lleva a razonar. Y esto nos permite respetar al otro, porque también es un YO, distinto a mi YO. Es un TÚ con dignidad, es persona. Si yo reconozco la dignidad YO-TÚ es lo que me permite reconocer un NOSOTROS. Esa es posiblemente la esencia de la sociabilidad humana.

Esa esencia requiere que generemos esos espacios. YO necesito compartir con el OTRO y yo debo permitir que el OTRO se manifiesta tal como es. Si yo no permito la manifestación del otro, simplemente se calla.

Si ese espacio no se genera, corremos el riesgo que se distorsione el don de dialogar y se confunda con un “hay que callarse nomás”, “para qué querés decir lo que pensas o sentís”, o “vos sos nene, los nenes no lloran”, o “las mujeres nacieron para sufrir, no tienen derecho a manifestar sus sentimientos”. Esa distorsión es muy riesgosa, no solo para la convivencia, sino para la salud mental.

De hecho, para qué expresarse cuando el otro me ignora o algo más traumático: Me menoscaba. Su indiferencia cuando tiene miles de ocupaciones, pero no me dedica tiempo. Cuando parece que importa más su teléfono, la televisión, sus quehaceres diarios, sus compromisos en la comunidad, etc. Me siento insignificante para el otro.

Es por eso que requiere madurez convivir con el otro. Requiere respetar la individualidad, reconocer su valor, su aporte, aprender a escuchar, aprender a decir. Su presencia como presente, un regalo de la vida. Dentro de la concepción de convivencia la asertividad es esencial.

En este sentido, la asertividad ayuda a reconocer que mediante el diálogo tanto yo, aunque no solo yo, puedo sentirme no como un peso, sino como un regalo. Y que la presencia del otro no es una molestia, sino una conjunción importante que permite valorar cada día más el sentido de la vida.

Si nos dedicamos cada día a valorar la presencia del otro mediante el diálogo es lo que nos dará a cada uno la capacidad de afrontar y enfrentar juntos los momentos angustiosos de la vida.

Es por eso que el diálogo es esencial, no es solo la capacidad de hablar, es de expresar, escuchar, respetar y valorar la idea del otro. Eso es sanador porque nos hace sentir importantes para el otro. Y la presencia del otro me importa. Porque somos para ambos un regalo de la vida. Porque no tomo la presencia del otro como una imposición, una carga que me exija soportar, sino una existencia que me permita valorar, por más diferencias que tengamos el uno con el otro.

Valoremos el espacio que compartimos con el otro mediante el diálogo.  Quizás las peleas, las depresiones, las noches de ansiedad, las inseguridades que nos produce la presencia del otro, sea porque falta conocerle mejor al otro. Y mediante el diálogo supere las heridas, los prejuicios, los estereotipos. Etc. En fin, esas distorsiones que se producen porque decidimos dejarnos llevar por nuestras percepciones.

No en vano los griegos hablaban del diálogo como método para encontrar la verdad (Sócrates), o las psiquiatras y psicólogos (Freud y Perls) hablan de la terapia que se produce mediante el habla. Incluso, algunos como ViKtor Frankl, hablan de que el hombre se encuentra en constante sentido a su existencia. Esa existencia, se replantea buscando un sentido a la vida (Buber) y lo encuentra en el OTRO (Mounier).

Que este setiembre sea un mes donde nos permita valorar la presencia del otro mediante la escucha. Quizás exista en la familia, en el trabajo o un amigo o sea yo mismo quien necesite hablar para sanar las heridas.

1 comentario:

Jesica Aguilera dijo...

Considerando desde mi punto de vista una persona hablando con otra, no siempre termina aprendiendo, porque la mayoría de las veces existe personas que no comprenden o no dimensionan la conversación que quieres tener con ellas, o tal vez no tienen esa capacidad de empatía hacia la persona en cuestión, no saben como no estar de acuerdo contigo entonces atacan tus ideas de frente pero utilizando argumentos que no son los adecuados o simplemente terminan insultando a la persona con quien está hablando en vez de evadir la conversación rechazando la idea de una forma sutil. Lo que considero es que aprende uno mismo, aprendes que existe personas con caracteres diferentes a ti. Conversación es cuando se genera ideas y contradicciones de manera armónica entre dos o más personas, si esto no es así es simplemente es intercambio de palabras.