Por Salvatore Brienza
La educación en este país está manejada por una clase política que llega al nivel de clientelismo y prebendarismo que raya la locura.
Esta situación no es sólo en el nivel de la primaria o la secundaria, también se ve en el nivel terciario o universitario.
Pero este artículo va dedicado a ciertos "docentes/indecentes" que no sólo destruyen la profesión, sino que terminan llevando la "vocación del maestro" al nivel más rastrero y pusilánime que existe.
Son las "Profesoras Cajas de Pollo".
Sí, son esas docentes que perdieron su dignidad en la profesión al nivel de creer que con cajas de pollos, donados por sus amigos o amigas políticas, pueden conseguir escalar en las estructuras del Ministerio de Educación y Ciencias o mantener sus privilegios en las escuelas, colegios o universidades.
Esas "docentes/indecentes", y digo en femenino, porque aunque no puedo dar nombres, a raíz de ciertos procesos administrativos del MEC, aún en curso, utilizaron sus influencias políticas para construir su estatus de aipo "líder politica".
Sin embargo, la dignidad de ser formadores de niñas y niños, adolescentes y jóvenes de este país, no deberia caer en manos de este tipo de personas que durante la campaña política, se pasa pidiendo 4, 8 o 10 cajas de pollo, supuestamente, para asegurar que sus colegas y padres de familia voten por tal o cual candidata o candidato, tanto en las elecciones internas como en las últimas elecciones generales.
Estas "Profesoras Cajas de Pollo" que piden en donación 10, se quedan con 4 y dicen que solo se donó 3 y que ella consiguió 3 cajas más de pollo a un precio más barato, obligando a los padres de alumnos a pagar por donaciones. Todo lo hacen con la finalidad de ganar un "dinerito extra", cuando en realidad deberían de estar trabajando por sus clases y sus alumnos.
Una práctica común es que en sus horas de clase, se pasan pidiendo dinero a los alumnos para fotocopias o cartillas, que si fueran pro activas, deberían de gestionar mucho antes o utilizar otras estrategias menos gravosas para los padres de familia de escasos recursos.
La educación en nuestro país, no es gratuita, porque hay ese componente político partidario; que presume, hacer el bien común, cuando en realidad solo beneficia al caudillo de turno o al operador/a política.
Por otro lado, si un docente o una docente, no tiene la capacidad de gestionar su carácter, comportamiento o algún tipo de problema de índole psicológico, lo ideal sería pedir ayuda y no rematar por sus alumnos o alumnas, ofendiendo e insultándoles con palabras irreproducibles.
Quien no entiende que su rol es formar personas que serán el futuro del país, que están construyendo una sociedad del futuro, entonces no entienden la trascendencia de la profesión que eligieron.
Aquí también, en esta crítica, entran los Institutos de Formación Docente, que de un tiempo a esta parte se convirtieron en seccionales o comités para captar afiliados y ganar beneficios del estado y, principalmente, de las autoridades regionales del MEC.
No se puede seguir intentando tapar el sol con un dedo. Y ni siquiera con toda la mano o el cuerpo.
El o la docente que quiere dedicarse a la política partidaria, que lo haga; tiene toda la libertad del mundo. Pero fuera de la Escuela, Colegio o Universidad. Y más aún, fuera de los Institutos de Formación Docente.
En estos últimos tiempos soy testigo de denuncias contra docentes que fueron resueltos por los profesionales Administrativos, Pedagógicos y Jurídicos del MEC y, tomando en serio todas las denuncias, han aplicado medidas acordes a la Ley del Educador y la Ley de la Función Pública.
Es doloroso, sí. Pero es necesario.
Lo mismo debe ocurrir en otros estamentos de la sociedad.
Extirpar el cáncer de la corrupción sólo puede empezar de abajo para arriba.
Las ACE, los EGIES y otras organizaciones en las escuelas y colegios son espacios para organizar los trabajos entre padres, docentes y directivos y no para las trapisondas de "delincuentillas o delincuentillos" que fungen de Maestras, Profesoras o Directores, y mucho menos Supervisores (También ex supervisores) que utilizan el tiempo y el dinero de todos los contribuyentes para sacar mejores tajadas al presupuesto general de gastos de la Nación.
Espero, que este nuevo gobierno que va a asumir el 15 de agosto, no fortalezca de nuevo el clientelismo y prebendarismo político y demuestre que sí "vamos a estar mejor como sociedad", librándonos de las "Profesoras Cajas de Pollo", los Docentes/Indecentes y todo aquel que crea que por tener un "amigo o amiga" en el poder, puede dejar de hacer el trabajo por el cual se le paga con dinero de los contribuyentes.
Si vemos algo malo, denunciemos. Hay mucha gente decente y honesta, que sólo quiere trabajar y ganar su pan diario; pero no lo puede hacer, porque este tipo de gente "todos los días" convierten la vida de sus colegas y alumnos en un infierno. Y todo, por una caja de pollo.
Tristemente la verdad se refleja en esta descripción. Será que podemos detenernos a analizar en que circo estamos envolviendo la educación, ya no estamos enfocados en generar mentes nuevas o formar ciudadanos. Es triste ver en que convertimos la educación, en un campo político de conveniencias.
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