Por Tito Benítez
Septiembre es un mes importante. Es el mes donde luchamos todos juntos contra el suicidio. En esta ocasión, me gustaría discutir con ustedes sobre depresión infantil y algunos criterios que nos ayudarán a detectar.
La depresión infantil es una preocupación seria y a menudo pasada por alto. Aunque es más común en adolescentes y adultos, los niños pequeños también pueden experimentar cuadros de depresión. La detección temprana es fundamental para brindar el apoyo necesario y ayudar a los niños a superar esta afección. En este artículo, exploraremos los criterios para detectar cuadros de depresión en niños de hasta 5 años.
¿Qué es la depresión infantil?
La depresión infantil se caracteriza por un estado de ánimo persistente de tristeza, irritabilidad o desinterés que interfiere en el funcionamiento diario del niño. Los niños pequeños pueden tener dificultades para expresar sus emociones, lo que hace que la detección de la depresión sea un desafío adicional.
Criterios para detectar depresión infantil
Cambios en el Estado de Ánimo: Los cambios en el estado de ánimo es uno de los signos más evidentes de la depresión infantil. Los niños pueden parecer tristes, abatidos o irritables con mayor frecuencia. Pueden experimentar llanto excesivo o cambios rápidos en el estado de ánimo sin una causa aparente. Por ejemplo, el niño que compartía en el receso con otros compañeritos, compartía espacios en la clase o participaba activamente en las clases pasa a ser niño aislado, saliendo poco de la clase, aunque sea momento para jugar en el receso. Ya no disfruta del deporte preferido que practicaba en la escuela.
Cambios en el comportamiento: Los niños deprimidos pueden mostrar una disminución en la energía y el interés por actividades que antes disfrutaban. Pueden volverse retraídos, evitar el contacto social y retirarse de amigos y familiares.
Problemas de sueño y alimentación: La depresión infantil también puede manifestarse a través de cambios en el sueño y la alimentación. Los niños pueden experimentar dificultades para conciliar el sueño, despertares nocturnos frecuentes, pesadillas o somnolencia diurna. Además, pueden mostrar cambios en los patrones de alimentación, como pérdida de apetito o aumento en la ingesta de alimentos.
Dolores físicos: Los niños pequeños pueden expresar su malestar emocional a través de quejas físicas. Pueden quejarse de dolores de cabeza, dolores de estómago u otros síntomas somáticos sin causa médica aparente.
Retroceso en el desarrollo: Los niños deprimidos pueden mostrar un retroceso en el desarrollo. Pueden volver a comportarse como si fueran más jóvenes de lo que son, como regresar al uso de pañales después de haber sido entrenados en el control de esfínteres.
Dificultades en la escuela: La depresión infantil puede afectar el rendimiento académico y la interacción social en la escuela o la guardería. Los niños pueden tener dificultades para concentrarse, mostrar un bajo interés en el aprendizaje y tener problemas de comportamiento.
En conclusión, la detección temprana de la depresión infantil es crucial para proporcionar el apoyo necesario y evitar complicaciones a largo plazo. Los padres, cuidadores y profesionales de la salud deben estar atentos a los cambios en el estado de ánimo, el comportamiento, el sueño y la alimentación de los niños pequeños. Si se sospecha de depresión infantil, es importante buscar la evaluación y el tratamiento adecuados, que pueden incluir terapia y, en algunos casos, medicación. La detección y el tratamiento tempranos pueden marcar la diferencia en la vida de un niño y promover su bienestar emocional a lo largo del tiempo.
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